Se incendiaron los basurales clandestinos que funcionan en terrenos de la Universidad de La Plata


Un inmenso basural clandestino que crece desde hace por lo menos dos meses en terrenos de la Universidad de La Plata, junto al campus de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, se prendió fuego este fin de semana y requirió de la acción de cuatro dotaciones de bomberos que debieron trabajar durante más de ocho horas para extinguirlo. De acuerdo a la información suministrada por los bomberos, el fuego abarcó unas 30 hectáreas.

Se trata de un problema grave y en constante crecimiento. Decenas de hectáreas que pertenecen a la Casa de Estudios platense y que debieran formar parte del sistema ecológico de la laguna de Santa Catalina vienen siendo utilizados seudo legal e ilegalmente, según el caso, para el vertido de desechos domiciliarios que debieran ser tratados por el CEAMSE, pero que violando la ley de disposición final de los residuos, son arrojados sin control en la zona de Camino de Cintura y Juan XXIII, en las inmediaciones del predio de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

En principio, se trata de al menos dos basurales ubicados en veredas opuestas de la avenida Juan XXIII. El que da al sur está cedido en comodato por la Universidad Nacional de La Plata a la empresa Covelia, encargada de la recolección de residuos en Lomas de Zamora y otros distritos de la región. En él, a pesar de que sólo debiera arrojarse el producto de la poda urbana, se vierten desechos domiciliarios, según pudo comprobar un equipo de periodistas y fotógrafos de Info Región que hace dos semanas se acercó al predio y durante algunos minutos pudo burlar la celosa vigilancia privada del lugar y logró fotografiar grandes montículos de basura que contenían desde colchones hasta viejos electrodomésticos, lo que demuestra que no sólo se arrojan allí ramas y hojas, sino desechos que debieran tener otro tipo de tratamiento.

Con salida a la vereda norte, otro basural se levanta desde hace dos meses, pero allí no existe documentación que habilite a las empresas de volquete -que tiran sus cargas- a realizar esa tarea. Ese basural clandestino, que fue el que se incendió el fin de semana, también funciona en terrenos de la Universidad de La Plata.

Info Región –que intenta en vano obtener una respuesta de las autoridades de esa Universidad desde hace dos semanas- también ingresó a ese predio, donde comprobó y fotografió montículos de escombros mezclados con residuos domiciliarios que son vertidos por una empresa la empresa de volquetes Colombo. Ante la presencia del equipo periodístico de Info Región, se hizo presente minutos después el señor Miguel Navarro, un ex funcionario municipal lomense del área de Servicios Públicos, que se presentó como el responsable del “trabajo de relleno” que se realiza en el lugar.

Navarro explicó ante Info Región y las autoridades policiales presentes en el lugar que su trabajo y el volcado de residuos de la empresa de volquetes, que continúa hasta hoy, fue autorizado por dos funcionarios de la Universidad de La Plata, más concretamente de la Facultad de Veterinaria, a los que identificó como Valdo y Arroque.

“Ellos me autorizaron a hacer esto, así que vamos a seguir haciéndolo aunque no les guste a ustedes”, respondió Navarro, poco después de invitar al equipo periodístico a abandonar el lugar.

La situación irregular –ya que en ningún caso está permitido el vertido de residuos domiciliarios en otro lugar que no sea el CEAMSE- fue denunciada por Info Región ante el director provincial de residuos del Organismo para el Desarrollo Sostenible, Oscar Taborda, justo el día en que la Provincia anunciaba con bombos y platillos la llegada del gobernador Daniel Scioli para cerrar un basural clandestino en Fiorito.

Sin embargo, a pesar de la propaganda oficial sobre el cierre de basurales mediante la instalación de carteles y la realización de actos institucionales, a más de 20 días de la denuncia de Info Región ningún funcionario provincial intervino en el problema, que continuó agravándose hasta el incendio de este fin de semana.

El sábado alrededor de las 16.00 comenzaron a divisarse focos de incendio que se propagaron a lo largo de un frente de unos mil metros. La magnitud del siniestro fue tal que los 22 bomberos que se acercaron alertados por los vecinos no dieron abasto con las mangueras y tuvieron que ingresar con mochilas cargadas de agua y pequeños rociadores. Incluso el trabajo se complicó por la irregularidad del terreno como consecuencia de los escombros y las montañas de desperdicios que están desplegadas en hilera a lo largo de varios metros.

"Debimos entrar al descampado con un tractor, pero ni siquiera así logramos acercarnos demasiado a las llamas más peligrosas”, explicó en diálogo con este medio el encargado del operativo, Gustavo Liuzzi.

Tales limitaciones, sumadas a las fuertes ráfagas de viento que comenzaron a soplar entrada la noche del sábado, hicieron que el fuego se extendiera más y el trabajo para controlar las llamas se dilatara más de lo previsto.

Según precisaron desde el cuartel, la zona afectada fue una franja de un kilómetro de largo por trescientos de ancho, en un noventa por ciento procedente de la quema de pastos secos y basura alojada allí.

A última hora de la tarde, los momentos de tensión que se vivieron fueron en aumento. Es que comenzó a respirarse un sofocante humo negro, asfixiante y nauseabundo, que invadió los barrios de Transradio, Parque Barón y Santa Marta, producto tanto de la quema de pastizales como de la combustión de los desechos domiciliarios y como plástico y cubiertas de automóviles.

Las fuentes consultadas estiman que el incendio fue intencional para reducir los desechos domiciliarios, justamente esos que no debieran estar allí si las autoridades provinciales y las de la Universidad de La Plata cumplieran con sus responsabilidades.