El año concluye con materias pendientes en la región


Se acerca el fin de año y, en medio de los balances sobre lo hecho y lo que resta hacer, en la región son varias las materias pendientes, entre obras de infraestructura o proyectos que, si bien comenzaron a tomar forma este año, aún no pudieron avanzar hasta su conclusión.

Mientras que el tan ansiado y anunciado hospital del Bicentenario en Esteban Echeverría, cuya construcción iba a comenzar los primeros días de noviembre, todavía no vio la luz, las obras en el arroyo Galíndez, a pesar de la insistencia de los vecinos de Temperley, quedaron en suspenso ya que no fueron incluidas en el presupuesto 2011, por lo cual están a merced de que se haga una ampliación del mismo. Por su parte, en Almirante Brown debió prorrogarse el freno a las construcciones ya que, al igual que en los otros dos distritos, aún no comenzó a plasmarse la actualización del código de Planeamiento Urbano.

Si bien estaba previsto que las últimas hojas del calendario 2010 cayeran a la par de cada ladrillo que se colocara en el complejo de salud del Bicentenario anunciado para Echeverría, los planes no avanzaron más allá del presupuesto y la adjudicación de la obra ya que, según aseguran, recién podría empezar a edificarse en febrero. Es más, hace apenas algunos días concluyeron los estudios de suelo que determinarán, o no, la aptitud de la tierra para construir en ella.

“Los resultados todavía no los tenemos, eso va a depender del laboratorio, pero se estima más o menos que entre 20 y 25 días conozcamos todas las muestras. Incluso se va a hacer un estudio para determinar los extractos que hay en el lugar”, justificó a Info Región el secretario de Obras Públicas de la municipalidad local, Ãngel Camellieri.

El funcionario atribuyó la demora a que “el trabajo es bastante complejo” y aseguró que, además de los estudios de tierra, se avanzó en la escrituración del predio donde se construirá el centro de salud, en el que antes funcionaba el Frigorífico Monte Grande.

Mientras tanto, en Lomas de Zamora son varios los barrios que continúan a la espera de diferentes obras hídricas y de infraestructura. En el caso puntual de Temperley, la Asamblea Basta de Inundaciones y muchos otros residentes de la zona aguardan la construcción de un aliviador para el arroyo Galíndez, cuyo cauce colapsado cada vez que llueve genera serios desbordes e impide el desagote del agua.

Más allá de que hace poco más de dos semanas se reunieron con autoridades municipales y de la Provincia, la preocupación continúa ya que la iniciativa aún no fue aprobada por el Concejo Deliberante y no se sabe si será ejecutada en 2011 ya que no fue incluida en el Presupuesto.

“Estamos pidiendo que el proyecto del Galíndez se incluya en el presupuesto para el año que viene, es un muy buen plan pero de ahí a que se firme y se gire el dinero hay un gran paso. Hemos tenido una charla y hay buena predisposición, pero ahora resta hacerlo”, sentenciaron los vecinos.

Por otra parte, en Almirante Brown debieron prorrogar por otros seis meses la medida que impide la construcción de grandes torres en el distrito debido a que aún no se han resuelto las modificaciones al Codigo de Edificación.

Según explicó a Info Región el secretario de Infraestructura y Planeamiento de Almirante Brown, Daniel Bolettieri, desde esa Secretaría se elevó una “propuesta para la modificación de las normas urbanísticas”, pero ante el fin de la actividad deliberativa en el Concejo, el debate también deberá ser efectuado en 2011.



Autopista frenada



Otra obra de gran magnitud que por estos días parece frenada es la construcción de la autopista Presidente Perón que, tras ser anunciada y analizada en el Concejo Deliberante, aún no cuenta ni con un metro de calzada asfaltada.

La nueva vía rápida busca convertirse en el tercer anillo que rodea al área metropolitana y así sumarse a la avenida General Paz y el Camino de Cintura. Según el anuncio, implicará una inversión de 1800 millones de pesos y tendrá una traza de 117 kilómetros divididos en cuatro tramos.

Lo cierto es que ciertas reticencias vecinales y la falta de contemplación de los terrenos que deberían ser expropiados para concretar la obra, hacen que sólo sea un proyecto.