A cuatro años de la desaparición de Elizabeth, reclaman explicaciones


En la tarde del 28 de septiembre de 2004, Delia Festenese, madre de Elizabeth, regresó a su hogar después de una ardua jornada laboral, pero ese día algo era diferente: la vivienda estaba desordenada. Faltaba comida, dinero y parte de la ropa de su hija. Faltaba Elizabeth.

Desde ese día, los familiares de la joven emprendieron una desesperada búsqueda, que los llevó a toparse con el más terrible de los hallazgos; el cuerpo sin vida y atado a un árbol había sido abandonado en la reserva de Santa Catalina en Llavallol.

A pesar del paso del tiempo, el dolor de los allegados a Elizabeth permanece intacto, así como también el pedido de “justicia”.

“Ya pasaron cuatro años de la desaparición de mi nena y no veo que las autoridades estén haciendo ningún movimiento para encontrar al homicida. Todos los que queremos a Eli sentimos un dolor terrible y cada vez que se acerca esta fecha nos ponemos muy mal”, explicó angustiada Delia, en diálogo con Info Región.

Y recordó con nostalgia: “El día en que mi chiquita faltó de casa, enseguida me di cuenta que algo andaba mal. Habían desaparecido muchas cosas. En ese momento llamé al chico que era su ‘amigovio’, pero me dijo que no sabía absolutamente nada. Cuando fui a la Policía, se me rieron en la cara y me dijeron que debía estar enamorada y que por eso se había ido. Para la Policía, es posible que mi hija haya estado enamorada mientras yacía muerta y atada a un árbol”.

Si bien el Gobierno de la provincia de Buenos Aires ofreció en junio de 2007 una recompensa de 50 mil pesos para quien aporte datos sobre los autores del crimen, nadie brindó información a la fiscalía que lleva adelante el caso, por lo que la causa continúa “sin novedades”.

“La investigación no está cerrada, el fiscal quiere más pruebas para pedir la elevación a juicio, pero la realidad es que todos los datos que no recabaron en su momento no los van a poder encontrar ahora. De todos modos, nunca bajaré los brazos y no me voy a morir antes de ver a los culpables de la muerte de Elizabeth tras las rejas”, manifestó la mujer, en diálogo con este medio.

Además, recordó los momentos vividos junto con su hija.

“Eli era una nena en cuerpo de mujer, le encantaba jugar. Nosotras hacíamos muchas cosas juntas, como escuchar música por ejemplo. Ella era una chica inocente, que nos avisaba de todos los movimientos que realizaba. Mi hija no tuvo justicia todavía, pero la va a tener; de eso estoy segura”, resaltó.

La joven, quien sufría un retraso madurativo, se fue de su casa mientras su madre se encontraba en el trabajo. Esto ocurrió el 28 de septiembre de 2004 y hay quienes aseveran que se fue en compañía de un hombre. Los restos de la adolescente fueron encontrados el 29 de julio de 2005 en el predio de Santa Catalina, en la localidad Llavallol, por unos muchachos que pasaban por el lugar en bicicleta. Desde ese momento sus familiares y amigos piden “justicia a gritos”.

La causa es investigada por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora a cargo del doctor Domingo Ferrari.