Murió Alejandra Boero, trabajadora de las tablas y de la vida


La directora teatral y actriz, Alejandra Boero, falleció en las últimas horas del jueves, pero sus obras quedarán eternamente en la memoria colectiva del público, actores, colegas y allegados que la acompañaron en 60 años de trayectoria artística ininterrumpida.

Hace algunos años cuando junto al director Julio Baccaro estrenaban en el teatro de su propiedad (Andamio ’90), donde son velados hoy sus restos, la obra "Perestroika" de Tony Kushner, Boero dijo: "Estudiamos juntos las obras y estamos tan de acuerdo que a veces yo empiezo una frase y él la termina, porque tenemos el mismo enfoque de la profesión: queremos un texto dicho con claridad, con profundidad y que se note que el actor piensa". Y esa fue su forma de actuar no sólo en lo profesional, sino también en la vida. Tal fue así, que desde siempre tuvo como consideración que el espectador de hoy "está más volcado hacia la imagen" y en su momento fue la pionera del teatro independiente y fundadora de "Nuevo Teatro", con lo que hasta el último suspiro siguió apostando al valor de la palabra como principal elemento dramático. "Tengo vocación de claridad -reveló- y tal por ello me interesan las obras que dicen cosas y que permiten que el público se lleve algo, más allá de que esté de acuerdo o no", sentenció. "Actualmente se hacen propuestas muy lindas de ver pero también muy confusas y en estos casos el espectador puede agarrar para cualquier lado. A mí me preocupa que el otro sepa de qué se le está hablando y no hacerle perder su tiempo", agregó. A mediados de junio de 1950, en un pequeño local de la calle Maipú 28 de esta capital, Alejandra Boero y Pedro Asquini fundaron el Grupo Nuevo Teatro, que marcaría durante más de dos décadas el Movimiento Teatral Independiente argentino. Boero y Asquini, los actores fundadores, provenían del tradicional y prestigioso Teatro `La máscara`, creado y dirigido por el director Ricardo Passano (padre). Pero ellos no fueron las únicas figuras importantes de la cultura argentina que transitaron por ese espacio, porque hombres como Alvaro Yunque, Héctor P. Agosti y Elías Castelnuovo también sumaron su apoyo y dejaron su huella en los jóvenes actores. Una vez creado el Nuevo Teatro, una de las primeras medidas que tomaron Asquini y Boero fue convocar a jóvenes que quisieran iniciarse en la escena. Así fue como surgieron actores de la talla de Héctor Alterio, Onofre Lovero, Carlos Gandolfo, Enrique Pinti, Walter Soubrié, Jorge Mayor y el futuro escenógrafo Antón. El esperado estreno del nuevo grupo se produjo con la puesta en escena de la obra "El alquimista", de Ben Jonson, bajo la dirección de Asquini. A ésta le siguieron luego títulos como "Bajo Fondo" de Gorki; "El Oso", "El Aniversario", "El casamiento" de Anton Chejov; "Medea" de Jean Anouilh, y "Androcles y el león" de Bernard Shaw. Entre estreno y estreno, tal como ocurría con la mayoría de los conjuntos independientes, problemas económicos los obligaba a cambiar de sala con frecuencia. Fue así como "Nuevo Teatro" debió trasladarse a Corrientes 2120 y, en 1952, se constituyó como Cooperativa de Trabajo. La última escala en el nomadismo del grupo se cumplió con la compra de la sala "Apolo" (hoy Lorange), donde se estrenó una selección de obras cortas de Enrique Wernicke. A partir de ese espectáculo, Pedro Asquini, uno de los fundadores del grupo, se alejó definitivamente de ’Nuevo Teatro’. Por su parte, Boero confesó que "Nuevo Teatro" fue una de las experiencias más importantes de su vida. "Explicar la trascendencia y el éxito que tuvo no encierra ningún misterio. Sólo hay trabajo, dedicación, ganas de hacer y de superarse", sostuvo. De aquella marcada experiencia surgió la idea en promediando los ’80 de hacerse cargo de la sala Andamio ’90, como directora general y fue ahí donde además de la representación de obras no sólo para grandes, sino también infantiles, incorporó la docencia con diferentes cursos del rubro y con validez de nivel terciario. "Siempre creí en el teatro independiente", señaló en su momento. Ese fue su espíritu y aclaró que "nos atrevíamos con los grandes títulos, los grandes autores, el teatro de repertorio. Y compensábamos las carencias con imaginación, mucha entrega y una inquebrantable fe...". En cine también tuvo su momento en filmes como "Todo sol es amargo" (1966), "Don Segundo Sombra" (1969) y "La película" (1975). Los restos de Alejandra Boero fueron velados en su sala, la del Andamio ’90, y serán inhumados hoy a las 11 en el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita.