La Cumbre cerró con un compromiso unánime en materia migratoria


La XVI Cumbre de mandatarios de Iberoamérica cerró ayer luego de tres días de deliberaciones protagonizadas por la cuestión migratoria, la condena al muro que construye los Estados Unidos en la frontera con México y la ausencia de varios presidentes de importancia, como el brasileño Lula Da Silva, el venezolano Hugo Chávez y el cubano Fidel Castro. El tema principal del cónclave fue abordado por todas las representaciones y certificado en un documento final, el "Compromiso de Montevideo sobre Migraciones y Desarrollo", que establece que los flujos de personas entre países constituyen "un desafío de creciente complejidad que requiere ser abordado con un enfoque multidisciplinario, en el marco de la cooperación internacional para el desarrollo".

"Los países de origen, tránsito y destino, deben asumir la responsabilidad que les corresponde en materia migratoria", señala el documento firmado por los mandatarios y sus representantes de los 22 países que conforman la comunidad Iberoamericana.

Los mandatarios consideraron además que "las buenas prácticas sobre migración deben difundirse y consolidarse con acuerdos bilaterales, regionales y multilaterales" y establecieron la necesidad de "garantizar el respeto de los derechos humanos y la diversidad cultural de los migrantes y sus familias". Además, se estableció que "es imperativo situar a la persona del migrante en el centro de los programas o proyectos migratorios, garantizando que se respeten plenamente sus derechos humanos, en el marco del ordenamiento jurídico de cada Estado".

Al cerrar el encuentro, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez remarcó que "se han logrado los objetivos que nos habíamos planteado", y asumió su compromiso como mandatario de "trabajar para apoyar incansablemente a los compatriotas fuera del país".

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien será anfitriona de la cumbre que se realizará 9 y 10 de noviembre de 2007 en la capital de su país, sostuvo que la cuestión migratoria es un "tema muy agudo en todo el mundo".

"Lo bueno de esta cumbre es que hemos mirado la situación de los migrantes desde una mirada progresista", rescató la mandataria.

Durante el encuentro también se aprobó una serie de comunicados especiales, entre los que se destacó el que cuestiona la construcción del muro en la frontera entre Estados Unidos y México que lleva adelante el gobierno de George W. Bush. "La construcción de muros no detiene la migración indocumentada, el tráfico de migrantes ni la trata de personas, incita a la discriminación y la xenofobia y favorece la aparición de grupos de traficantes que ponen en mayor peligro a las personas", sostiene el documento.

También fue respaldada por los países iberoamericanos la declaración especial sobre las Islas Malvinas que reafirma "la necesidad" de que los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido "reanuden, a la brevedad posible, las negociaciones tendientes a encontrar una pronta solución a la disputa de soberanía referida a la Cuestión de las Islas Malvinas".

Además, fueron votados el comunicado especial sobre Colombia, con hincapié en la desmilitarización de las guerrillas y su reinserción en la sociedad, otro que establece la necesidad de poner fin al bloqueo financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba, y otros sobre cooperación energética, ampliación del Canal de Panamá, género, refugiados y apoyo a la lucha contra el terrorismo.

Además, se aprobó la Declaración de Montevideo sobre coincidencias políticas básicas de los países de la región; y la Carta Cultural Iberoamericana.

Otro de los aspectos salientes del encuentro fue la notoria ausencia de los mandatarios Chávez y Lula Da Silva. Ambos se quedaron en sus países, el primero, abocado a la campaña electoral que encabeza para ser reelecto y el segundo, luego de una agotadora contienda que ganó el domingo pasado y por la que seguirá gobernando Brasil por un nuevo período. Tampoco estuvo el cubano Fidel Castro, quien se recupera en su país de una importante intervención quirúrgica. También estuvieron ausentes el nicaragüense José Enríquez Bolaños (hoy hay elecciones en su país); el peruano Alan García, el panameño Martín Torrijos y el dominicano Leonel Fernández. Sin embargo, dos de las presencias más convocantes de la Cumbre fueron el Rey Juan Carlos I de España y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien dejará su cargo en el organismo multilateral a fin de año. Durante el cónclave también se decidió que la XVIII Cumbre Iberoamericana se llevará a cabo en 2008 en El Salvador.

En el mismo sentido, quedaron constancias del pedido para que en 2009 sea Portugal la sede elegida, y en 2010 la Argentina, al conmemorarse el bicentenario del primer gobierno patrio. También se anticipó que Cádiz será la ciudad anfitriona en 2012, al coincidir con los 200 años de la primera Constitución española.











El presidente Néstor Kirchner confió al cuerpo diplomático liderado por el canciller Jorge Taiana todos los aspectos de contenidos y formales para cumplir con el objetivo de "Migraciones y Desarrollo" planteado por la XVI Cumbre Iberoamericana que finalizó ayer en Montevideo y focalizó la atención en ponerle el broche a una serie de negociaciones que venía manteniendo con el gobierno español. En menos de 20 horas de permanencia en Montevideo, Kirchner cerró un acuerdo con el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para saldar con España una deuda de casi 900 millones de dólares antes de 2012, y rubricó con el Rey Juan Carlos de Borbón un compromiso de búsqueda de solución de la problemática pastera con el Uruguay.

También con Rodríguez Zapatero abordó buena parte de los temas que vinculan a las empresas de capitales españoles afincados en la Argentina y, si bien dejó "temas pendientes", avanzó en el sentido de "encarrilar" esta situación sobre la cual diferentes funcionarios argentinos vienen bregando en el curso del año. Kirchner cumplió acabadamente el objetivo que se propuso al encarar esta cita que terminó con compromisos tendientes a mejorar la calidad de los migrantes y de potenciar institucionalmente al bloque, pero a la vez, con notorias ausencias de algunas de las consideradas "primeras figuras" de la región.

Las ausencias de Luiz Inácio Lula Da Silva (Brasil) y Hugo Chávez (Venezuela), por diferentes razones, provocaron un vacío que no alcanzó a ser llenado por sus representaciones, desde la sensación térmica que dominó la escena montevideana.

El presidente no asistió a la ceremonia inaugural, no estuvo en la tradicional foto grupal con todos sus pares y tampoco participó del cierre de la Cumbre, pero llegó a la meta que se había trazado, según aseveraron dos de sus colaboradores más próximos. El ciclo que Kirchner cerró con España se había iniciado con su visita a Madrid de mediados de año y continuó con una serie de reuniones entre funcionarios de distintos niveles que fueron abordando temas de las agendas económica y política.

La ratificación del vínculo "estratégico" de la Argentina con España quedó entonces de manifiesto y los "temas pendientes", aseguran las fuentes, "quedarán resueltos de aquí a fin de año".

Entre esos temas figuran "específicos ítems que hacen a la relación empresas españolas-Argentina", según la definición recogida por Télam de fuentes oficiales del gobierno de Rodríguez Zapatero, quien incluso se refirió en términos parecidos durante una rueda de prensa que brindó hoy poco antes de que concluya formalmente la Cumbre.

En cuanto al vínculo con Uruguay, el jefe de Estado -a favor de la estrategia que ejecuta la Cancillería- controló los deseos del gobierno del Uruguay por instalar a nivel Mercosur la puja por las pasteras que proyectan en este país las compañías Botnia y Ence.

Uruguay no cesó en hacer movimientos diplomáticos durante la Cumbre en pugna de conseguir el compromiso del Brasil porque Lula incorpore en el temario de la próxima Cumbre del bloque, prevista a mediados de diciembre en Brasilia, el tema de los cortes de rutas y las pasteras. Y Kirchner "movió el Rey", como se dijo en un recinto de la Cumbre, apelando a una figura ajedrecística para graficar la iniciativa argentina en procura de encontrar un nuevo formato de diálogo que permita descomprimir la situación.

Tanto Argentina, Uruguay como España reconocen como "difícil" al problema y el propio Juan Carlos de Borbón salió rápidamente a aclarar que "depende de los dos presidentes" la posibilidad de una salida. Pero el presidente Kirchner, de esta forma, cursó un claro mensaje de búsqueda de "diálogo" con el Uruguay y otro específico para los asambleístas de Gualeguaychú, que si bien se manifiestan cada vez más intransigentes, vienen reclamando que los mandatarios se reúnan. La realidad indica que Uruguay no da señales concretas de querer moverse ni un centímetro de su férrea posición y hasta anuncia que la pastera de Botnia se inaugurará "en octubre de 2007", violaciones al Tratado del río Uruguay al margen, pero esta nueva instancia abre al menos un espacio de diálogo.