A pesar de los reclamos, sigue en pie una antena de telefonía en Lomas


Mientras los residentes de las zonas aledañas a la antena ubicada en Tucumán al 400, en el partido de Lomas de Zamora, siguen a la espera de una respuesta municipal para que el ENRE y Edesur dejen de suministrar energía a la torre y para que se realicen tareas de mantenimiento en la zona, “que está descuidada y ni siquiera cuenta con un cartel que aclare que dentro hay un transformador de alta tensión del tamaño de una habitación”, como comentaron los vecinos, Norberto Capellán, presidente de la Cámara de Informática y Comunicaciones de la República Argentina (CICOMRA), sostuvo que “existen normas nacionales avaladas por el Ministerio de Salud, la Secretaría de Comunicaciones y Comisión Nacional de Comunicaciones que regulan los límites de potencia para proteger la salud de la población y que son cumplidos estrictamente".

"Se han hecho mediciones por organismos del Estado y distintas universidades para que las radiaciones electromagnéticas no superen los límites máximos establecidos mundialmente, que dieron como resultado que las antenas emiten radiaciones no ionizantes centenares de veces por debajo de los límites establecidos, cumpliendo rigurosamente con la normativa vigente”, expresó Capellán.

De todos modos, los vecinos no admiten justificativos, y atribuyen al artefacto los problemas de salud "que en el barrio se viene padeciendo".

Según la Organización Mundial de la Salud, “se está realizando un estudio de alto alcance en el que se investigan todos los campos electromagnéticos y, desde mayo, se trató el tema de las estaciones base (antenas celulares) que determinó que “no hay prueba científica que vincule las radiaciones no ionizantes y las antenas inalámbricas con efectos adversos en la salud”.

Gonzalo Fernández, quien vive cerca de la antena de Tucumán y lucha por su desmantelamiento definitivo, coincidió en que “no hay ninguna comprobación” pero resaltó: "No tiene que estar ante la duda que surge, si nos fijamos en el derecho ambiental, que no se está respetando y que está establecido por la ley”.

“Hay muchas ordenanzas municipales que tampoco se cumplen y esto es una locura, por eso queremos pedir un informe que mida el nivel de radiación no ionizante, porque nosotros sabemos que esto genera un daño, aunque sea mínimo y tenemos derechos porque esto no es un capricho”, sostuvo Gonzalo.

"Todos los aparatos eléctricos emiten campos electromagnéticos, desde una PC, una radio, el microondas, la televisión o cualquier sistema de comunicaciones. La potencia promedio transmitida desde una antena es de aproximadamente 100 wats, el equivalente de una bombita eléctrica estándar utilizada en nuestros hogares, menor que la de un televisor y la mitad que la de un lavarropas”, explicó Capellán desde la Cámara de Informática y agregó que “todas las antenas funcionan bajo normas concretas".

"Las comunicaciones de telefonía móvil tienen que tener la mayor cercanía a la gente posible para funcionar y la ubicación de esa infraestructura debe hacerse en lugares precisos para mantener el sistema cubierto. Cuantos más clientes hay, más antenas se necesitan, pero son siempre autorizadas por los organismos pertinentes”, subrayó.

Los vecinos que tienen las casas en venta sostienen que “ahora es más difícil concretar las operaciones porque la gente teme vivir junto a una antena".

Además, Gonzalo explicó: "Aunque no esté comprobado si es un daño o no, basándonos en recomendaciones del Ministerio de Salud y la CNC tenemos en claro que la antena no puede estar porque detectamos, según un relevamiento, que en 3 cuadras había cerca de 20 casos de cáncer, siendo un número preocupante”.

Por su parte, la OMS afirma que "no se han proporcionado pruebas de que la exposición aumente el riesgo de cáncer". "Se examinaron los patrones de ondas cerebrales, cognición y comportamiento luego de la exposición a campos de radiofrecuencia y no se han identificado efectos adversos. Las exposiciones utilizadas fueron mil veces superiores a la exposición del público en general y tampoco se han informado pruebas contundentes de alteraciones del sueño o la función cardiovascular”, indica la Organización.

Además, aunque esto no deje tranquilo a la gente, la Organización Mundial de la Salud asegura que “a la fecha, el único efecto en la salud que pueda tener a largo plazo la exposición de cuerpo entero a señales de radiofrecuencia identificado en trabajos científicos es el relacionado con un aumento en la temperatura corporal de un grado, causado por la exposición a muy alta intensidad de campo que se da sólo en ciertas instalaciones industriales, tales como los calentadores".

"Los niveles de exposición a señales de radiofrecuencia provenientes de estaciones base y redes inalámbricas son tan bajos que los aumentos de temperatura son insignificantes y no afectan la salud humana. Las exposiciones a señales de radiofrecuencia son miles de veces inferiores a los límites fijados por las normas internacionales y el cuerpo absorbe hasta cinco veces más una señal de radio FM y televisión que de estación base porque el cuerpo, por la altura, se convierte en una antena de recepción”, sigue el informe.

“Todos van a decir que no está comprobado como hace 30 años decían que el tabaquismo no producía cáncer, pero hoy se sabe. Es clarísimo que esto emite ondas y atacan pequeñas partes del cuerpo que son acumulables. Que las empresas pongan plata y hagan contra estudios para comprobar que no daña es una cosa, pero por esto existen principios precautorios que expresan dudas y usando la lógica, tendría que haber una antena más grande y más alejada de la población, pero los costos son mucho mayores y mientras se cuesta la vida de la gente”, fue la opinión de Fernández, y a él se plegaron sus vecinos.