Unas 500 personas identificadas con el Movimiento Libres del Sur acamparon ayer frente al edificio del Municipio de Avellaneda para reclamar la realización de obras públicas y trabajo genuino para las cooperativas de ese sector, al tiempo que desde el gobierno comunal responsabilizaron por la manifestación al máximo dirigente de esa corriente, Jorge Ceballos, y al precandidato a Intendente por el Frente para la Victoria, Oscar Laborde.
Militantes de esa organización junto a la Juventud Sindical de los Trabajadores Municipales de Avellaneda y la Cooperativa de Trabajo Avellaneda Limitada, arribaron alrededor de las 10 en el predio ubicado al frente del Palacio Municipal y comenzaron a reclamar ser recibidos por algún funcionario municipal para canalizar su pedido.
La exigencia de ser atendidos en forma personal por el intendente Baldomero Álvarez de Oliveira, no fue satisfecha y fueron recibidos en su lugar por la secretaria de Gobierno, Lilian Fernández, a quien trasladaron su necesidad de soluciones a las necesidades que enfrentan los vecinos. Reclamamos por la falta de contenedores para depositar los residuos. Hay desagües que se tapan por la basura que hay en las calles debido al actual estado de suciedad que es permanente en Avellaneda, sostuvo Sergio Urrejola del Movimiento Libres del Sur.
Tres semanas atrás realizamos una manifestación en la que entregamos un petitorio del que no obtuvo respuesta aseguró el dirigente piquetero quien advirtió además que el plan de lucha continuará hasta que seamos escuchados.
La respuesta del Municipio llegó mediante un funcionario que solicitó reserva de su nombre, aunque subrayó que la protesta tiene un claro tinte político. Está organizada por Ceballos que, responde a Laborde. Un hecho que se encargó de desmentir el propio Urrejola: Nosotros respaldamos como candidato a Intendente a José Alessi. Es el propio Álvarez el que politiza la protesta y pone a Laborde en ella porque lo vive como su enemigo electoral.
Laborde por su parte, aseguró que este es un gobierno sordo, ineficiente y claramente insensible, que no solo no da lugar al reclamo legítimo de los vecinos, sino que busca demonizar a sus oponentes, como es mi caso, con la intención de hacerlos parecer responsables del conflicto social que no quieren resolver.