Con el tiro del final


En el debut de Enrique Hrabina como director técnico, Los Andes igualó de local 1-1 ante Atlético Tucumán por la novena fecha de la B Nacional. El Milrayitas no jugó nada bien, hasta se mostró por momentos desgastado anímicamente y, tampoco su rival, al que le alcanzó con muy poco para hacer sufrir al elenco de Lomas de Zamora.

Abrió el marcador Claudio Sarría a los 29 de la primera etapa. Y a los 49 del complemento Gonzalo Bustamante anotó el empate de tiro libre.

Ante un Eduardo Gallardón furioso, con sed de triunfos, Los Andes salió con la intención de responderle a la gente, pero se chocó una y otra vez contra su propia incapacidad de generar juego asociado.

Apenas habían transcurrido algunos minutos, y el estadio ya se enloquecía: Bustamante estrelló un pelotazo en el travesaño con un remate desde el borde del círculo. Poco después, Elvio Fredrich estuvo muy cerca tras un centro del cordobés.

Los tucumanos no ofrecieron mucho, pero con tan sólo algunos pelotazos al aire ya complicaron a la defensa del elenco de la zona sur, que lejos estuvo de mostrarse sólida. Así fue como Sarría aprovechó un rebote de Walter Cáceres y puso las cosas 1-0, enmudeciendo a todo el Gallardón.

El resto fueron todos intentos vanos de Los Andes. Lo más claro llegó en el final de los primeros 45’, cuando Bustamante se perdió sólo un mano a mano.

El segundo tiempo se caracterizó por tener pocas llegadas, mucha fricción y un ritmo lento, muy lento. Estaba a la vista que San Martín se conformaba con el resultado y a los dirigidos por Hrabina, que paradójicamente de jugador se caracterizó por la garra, le faltaba fortaleza anímica para darlo vuelta.

Proyectándose por la derecha el Decano lastimaba. Aunque siempre le faltaba el último toque para liquidarlo y la mayoría de las veces, más por limitación propia que por virtud del otro, se quedaba a mitad de camino.

El local, por su parte, dependió mucho de lo que pudieran generar sus dos mejores jugadores, Bustamante y Marcos Britez Ojeda. Pero le costó llevar peligro al arco rival. ¿Las más claras? Apenas un cabezazo de Alberto Yaqué y un intento de Juan Martín que se tiró –sin suerte- para interceptar un centro.

Parecía que el Milrayitas volvía caer. Los hinchas se preparaban para despedir al equipo con silbidos… Sin embargo, apareció el hombre más talentoso de los locales. Le puso tiza al botín y ejecutó con suficiencia un tiro libre que se metió en el arco.

Enseguida la alegría se transformó en alivio. Es cierto, fue sólo un empate y en Lomas necesitan cada día con más urgencia de triunfos. Pero el plantel se ilusiona con este sea el principio de la levantada...