Este sábado, 8 de diciembre se impone comenzar a armar el Arbol de Navidad, normalmente un pino o un abeto, tradición cristiana que reconoce raÃces paganas, especialmente de los celtas, que al comenzar el solsticio de invierno adornaban un roble -su árbol sagrado- para asegurarse el regreso del Sol.
Aunque el árbol navideño y la Virgen MarÃa no tengan ninguna relación, la Iglesia buscó la forma de establecerla, promoviendo que se comenzara a armarlo el DÃa de la Inmaculada Concepción, a lo que la superstición le añadió que "es para tener suerte".
En invierno, los robles pierden sus hojas, de ahà que los celtas le adosaran pequeñas antorchas y ramas de especies perennes, en la creencia de que asà lo protegÃan del frÃo invierno y lo ayudaban a recobrar fuerzas para retoñar en primavera.
Hoy, la ceremonia es más expeditiva: se va al mercado, se compra un pino o un abeto de plástico y se le cuelgan moños de seda, globos brillantes y luces eléctricas. Cabe agregar que la costumbre cristiana de colocar regalos a los pies del árbol y abrirlos en Navidad, también proviene de los celtas, quienes una vez producido el solsticio (21 de diciembre) se repartÃan entre las antorchas como augurio de un pronto verano.
En el norte de Europa existió además el Arbol del Universo, llamado Yggdrasil, en cuya copa estaba el palacio de OdÃn, el máximo dios, de donde los primeros evangelistas tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo, pero cambiándole el significado.
OcurrÃa que mientras a Yggdrasil se le ofrecÃan sacrificios humanos, para los cristianos eso no hacÃa falta: Jesús ya habÃa dado su vida en los maderos de la cruz (el árbol) para salvar a la humanidad.
A propósito de esto se cuenta que san Bonifacio, evangelizador de Alemania, sesgó con un hacha un árbol que representaba el Yggdrasil y ante el cual se estaba por sacrificar a un niño; y que de allà brotó milagrosamente un abeto.
Mientras los cristianos protestantes eligen el pino, los católicos no dudan en preferir el abeto y esto tiene que ver con que fue MartÃn Lutero, padre de la Reforma, quien impuso el pino como Arbol de Navidad, porque sus hojas, que simbolizan el eterno amor a Dios, debÃan ser perennes.
A esta idea también adhirieron los católicos, pero para distinguirse de los protestantes lo suplantaron por el abeto, que además de hojas perennes, tiene una forma triangular que representa a la SantÃsima Trinidad.
Por su parte, los judÃos poseen su Arbol de la Vida, que no existe materialmente, pero que se dibuja con diez redondeles, que representan las diez emanaciones espirituales o sefirots, a través de las cuales Dios habrÃa dado origen a todo lo existente.
Estas diez emanaciones se interconectan a su vez con las 22 letras del alfabeto hebreo y su compleja interpretación entra en el terreno de la Cábala. El Arbol de Navidad también recuerda al manzano del ParaÃso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde provino el pecado original.
Normalmente se cree que vestir el árbol enteramente de rojo, depara pasión; si de oro, riqueza; si de blanco, paz; si de azul, tranquilidad; si de amarillo, éxito; si de naranja, alegrÃa; si de marrón o beige, trabajo; si de verde, esperanza.
Pero para los católicos devotos, el simbolismo es otro: las esferas representan los rezos que se hacen durante el perÃodo de Adviento y sus colores responden, si son rojas, a peticiones; si plateadas, a agradecimiento; las doradas son de alabanza y las azules de arrepentimiento. Además, la estrella que se acostumbra poner en la punta del árbol representa la fe que debe guiar la vida del cristiano.
El Arbol de Navidad debe poseer entre 24 a 28 esferas, dependiendo de los dÃas que tenga el Adviento, que se van colgando desde el 8 de diciembre hasta Nochebuena, y cada una se acompaña de una oración o un propósito.
Pasado el dÃa de Reyes Magos, el árbol de plástico es despojado de sus adornos, doblado al medio y guardado hasta el próximo año en una caja, bien arriba, en el placard, para que no moleste. Pese a la perennidad que simboliza, sobrevive menos de un mes: apenas entre el 8 de diciembre y el 6 de enero.