Importante hallazgo arqueológico en Salta


Un yacimiento con pictogramas y un antigal incaico fueron hallados cerca de la localidad de San Antonio de los Cobres, en la puna salteña, y por su valor arqueológico y patrimonial quedaron custodiados por Gendarmería.

Uno de los dos sitios arqueológicos descubiertos está situado en el paraje Matancillas, a 35 kilómetros al noroeste de esa ciudad del departamento Los Andes, ubicada a 180 kilómetros al oeste de la capital provincial.

Se trata de un yacimiento de arte rupestre, que consiste en la pared de un cerro con pictogramas grabados hace siglos, con la técnica rústica de picado, que fue hallado por un pastor de la zona, quien informó a las autoridades de Gendarmería. Fuentes del Escuadrón 22 de esa fuerza confirmaron a Télam el hallazgo y el envío de una patrulla ambiental, que relevó cuidadosamente el sitio y realizó la correspondiente demarcación del área a través del sistema satelital de posicionamiento global (GPS).

Entre las figuras fotografiadas por los gendarmes que llegaron al lugar se pueden observar animales como el suri o la llama, humanos con tocados de plumas, círculos y otras formas.

El otro descubrimiento consiste en un sitio antiguo, o antigal, aparentemente incaico, asentado en la imponente Quebrada del Toro, a unos 70 kilómetros de Salta Capital, cerca de la ruta nacional 51 y de las vías que recorre el Tren a las Nubes.

También los pobladores de la zona que hallaron las piezas informaron a efectivos de Gendarmería apostados en el puesto fijo Ingeniero Maury, quienes también fueron al lugar y comenzaron a analizar las características del sitio arqueológico.

En el sitio, que está al oeste del cerro Bayo y al este del cordón del Incahuasi, los gendarmes encontraron vasijas, tinajas, un mortero, piedras para picar y afilar y otros utensilios que utilizaban los pobladores antiguos de esa región, además de huesos humanos.

Las fuentes del Escuadrón 22 de Gendarmería Nacional detallaron que en ambos casos se dispuso una vigilancia permanente, para evitar daños y saqueos a los sitios arqueológicos, por considerarlos de gran valor patrimonial y cultural.

Una vez concluido el trabajo de campo, el titular del escuadrón, Eduardo Víctor Saino, elevó un informe con todos los detalles a la Dirección de Patrimonio Cultural de Salta, que deberá evaluar el valor de los sitios.

Estas tareas estarán a cargo de arqueólogos, investigadores y especialistas de la Universidad Nacional de Salta y del Museo de Arqueología, que son los que deberán relevar todos los datos necesarios y hacer los estudios que permitan profundizar el conocimiento y el estado de preservación.

La puna salteña fue dominada por los incas en el siglo XV, por lo que es notoria la influencia de esa cultura en la región, y cuando se registran este tipo de hallazgos, generalmente están relacionados con su accionar, hace unos 500 años.

En los Valles Calchaquíes y la Puna hay numerosos caminos incaicos, pertenecientes a una vasta red que comunicaba todo el imperio, muchos de los cuales conducen a adoratorios ubicados en las altas cumbres andinas y transitan paisajes de gran belleza.

Uno de esos adoratorios estaba en la cima del Volcán Llullaillaco, en el límite entre Salta y Chile, donde en marzo de 1999 se concretó uno de los descubrimientos más asombrosos del mundo: tres niños incas momificados, acompañados por más de un centenar de variados objetos de su cultura. Los cuerpos, impresionantemente preservados por el accionar del frío y la sequedad del clima, estaban a 6.700 metros sobre el nivel del mar, en un santuario de altura donde se ofrecía a los dioses un ritual conocido como "Capacocha".

Junto al resto de las piezas fueron rescatados por una expedición encabezada por el especialista Johan Reinhard, de la National Geographic, e integrado por arqueólogos e historiadores salteños y de otros puntos del país.

Este maravilloso hallazgo está conservado, investigado y presentado al público en el Museo de Arqueología de Alta Montaña, ubicado en pleno centro de la ciudad de Salta, que propone un viaje de 500 años para ver y entender una cultura que aun hoy permanece viva.