La lucha contra una antena de telefonía celular terminó a los tiros


La lucha contra la antena de telefonía celular ubicada en Tucumán y Pereyra Lucena no sólo continúa sino que parece haberse convertido en una cuestión que pone en riesgo la vida de quienes resisten su instalación.

Un grupo de vecinos denunció esta semana que el dueño del predio en el que está instalado el artefacto desde hace ocho años disparó contra uno de sus críticos y lo hirió en un brazo. Las precisiones las ofreció Norberto Fernández, uno de los integrantes del grupo, quien reveló a Info Región que el martes último el dueño del predio en donde aún se encuentra erigida la estructura discutió con dos vecinos e hirió a uno de ellos con un arma de fuego. El hombre fue denunciado y quedó demorado en la Comisaría local durante algunas horas.

“Todo esto surgió por la lucha que tenemos hace varios años para desmantelar la antena y cuidar la salud de la gente. Ese martes escuchamos unos gritos y cuando salimos estaba este sujeto con el revolver en la mano. Nosotros peleamos por el bienestar se nuestras familias”, argumento Fernández que encabeza el reclamo junto a otro grupo de personas.

Según relataron, las asperezas comenzaron cuando un grupo de gente del lugar empezó a denunciar al municipio la situación y realizar movilizaciones para exigir su desmantelamiento. Después de algunos años, el municipio decidió hacer lugar al reclamo vecinal y cerró el predio.

La faja de clausura aún permanece en el portón, sin embargo, los vecinos argumentan que “continúa funcionando” pese a la prohibición que estableció el municipio en su momento.

“Acá ingresan por otra puerta para hacer los mantenimientos, la faja de clausura sólo está en la puerta y nada más. Hay enfermedades de todo tipo en el barrio, mi esposa está realizándose quimioterapia, tenemos fundamentos para denunciar porque sabemos lo que realmente está ocurriendo en el barrio”, sostuvo el vecino.

En el 2000 se instaló la estructura y desde ese momento los vecinos comenzaron una campaña para desmantelarla y anular su funcionamiento, pero en ocho años no encontraron demasiadas novedades.

“Podemos asegurar que la antena no esta habilitada y no está en condiciones de estar en el barrio. Desde el municipio sólo te dan vueltas y nada más, mientras tanto este aparato sigue funcionando acá”, aseguró Fernández.

Ante la agresión sufrida, la gente del lugar manifestó que “están atemorizados en el barrio”, ya que desconocen que tipo de reacción pude llegar a tener el dueño del predio con cualquier otro vecino.

Otra de las preocupaciones de los vecinos es que los empleados de la compañía propietaria de la antena ingresan al predio a realizar tareas de mantenimiento sin importar que haya sido clausurado hace más de un año.