No descartan que haya otro anciano víctima del geriátrico del horror


A una semana del macabro hallazgo del cuerpo de una anciana enterrado en el fondo de una casa de la calle Palacios al 1800, en Banfield, donde funcionaba una residencia geriátrica ilegal, los investigadores esperan que se confirme si los restos exhumados en el cementerio de Lomas de Zamora son los de Cerafin López, un hombre de 98 años que desapareció de su casa del barrio porteño de Almagro hace casi 6 meses, y cuya muerte estaría vinculada al caso aunque esa hipótesis aún no está confirmada.

Info Región dialogó en exclusiva con familiares de López, que relataron cómo vivieron la intensa búsqueda desde el 5 de julio, cuando el hombre fue visto por última vez en su casa de la calle Palestina.

"Estamos muy indignados, aún no se confirmó si se trata de mi tío pero lo cierto es que se están por cumplir 6 meses de su desaparición y nos invade una profunda tristeza porque Cerafín era un hombre muy vital, tenía 98 años pero aparentaba mucho menos, llevaba una vida ágil, caminaba 25 cuadras por día y tenía una vitalidad asombrosa", resaltó ante la consulta de Info Región Jorge López, sobrino y ahijado del hombre buscado.

Para comprobar si el cuerpo exhumado de la necrópolis de Lomas es el de López, la fiscalía que investiga la causa, a cargo de María Elena González, pidió que se realice un estudio de ADN con un familiar directo, y hace pocos días un hermano de Cerafin que vive en la provincia gallega de La Coruña, España, se realizó los análisis correspondientes. Una vez que estén los resultados -se llevaron a cabo en la ciudad de Santiago de Compostela de esa región española, lo que dilatará los tiempos- se enviarán a Argentina y entonces se cotejarán con las muestras de los restos que fueron enterrados como NN en Lomas.

Si bien hay sospechas fundadas de que López habría sido engañado y formaría parte del grupo de víctimas de las personas que fueron detenidas y que trabajaban en la casa del horror de Banfield, los familiares y también los investigadores prefieren ser cautos hasta que estén los resultados de los estudios realizados.

"Mi tío y padrino era un hombre muy querido en el barrio y sobre todo por la familia, era un ser único, sumamente ágil, con mucha salud a pesar de sus años. Sentimos mucho dolor porque esperabamos con ganas que cumpliera sus 100 años, sabíamos que llegaba a cumplirlos por la calidad de vida que llevaba, nos duele muchísimo que no esté, y sobre todo pensar que pudo haber sido víctima de un engaño, aunque no está comprobado", concluyó el familiar de Cerafin que efectuó la denuncia a las horas de la desaparición de su tío, e incluso lo buscó por varios hospitales de Capital Federal.

Según pudo averiguar Info Región, las personas que fueron detenidas y que estaban a cargo del geriátrico del horror, habrían declarado en las últimas horas, por lo que no se descarta que se lleven adelante más excavaciones en la casa de la calle Palacios, donde ya se encontraron varios objetos que pertenecían a diferentes ancianos desaparecidos en los últimos meses.





La investigación



La fiscal de Lomas de Zamora María Elena González tiene en la mira a un escribano y un abogado que serían cómplices del matrimonio y la hija, ya detenidos por el caso.

Cuatro ancianos lograron sobrevivir al denominado Geriátrico del Horror de Banfield, donde fue encontrado el cadáver de Noemí y se convirtieron en testigos "clave" para determinar si los profesionales formaban parte de esa organización que se dedicaba a engañar a las víctimas para quedarse con sus bienes.

De acuerdo a la investigación de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 14, que se inició en septiembre pasado, la modalidad de la banda consistía ganarse la confianza de ancianos con falsas promesas de un mayor bienestar para que, a cambio, les entregaran documentación con la que luego podían acceder a sus bienes.

En la vivienda se encontraron ropas, documentos, dentaduras, sillas de ruedas y otros elementos pertenecientes a algunos ancianos desaparecidos.

Por el caso ya estaban detenidas y procesadas Adriana González, de 50 años, y su hija Anahí Chaparro, de 25, acusadas de la privación ilegal de la libertad de ancianos. Pero el jueves, con el hallazgo del cadáver, también fue apresado el marido y padre, respectivamente, de las otras dos acusadas.