Rituales y costumbres para arrancar con el pie derecho el 2009


-Mamá, ¡traeme la vela!

-Ya voy.

-Dale, que ya es la hora.

-Acá, ya está mi deseo, ¿y ahora?

-Se mete en el agua y listo…



Esta podría ser la conversación que se escuche en su casa cuando el 2009 ya haya golpeado la puerta si es que elige realizar algunos de los rituales que se desarrollan. Puede haber variaciones entre uno y otro, porque la tradición suele ser oral y hay muy pocos registros escritos. Por eso, es muy común que un ritual que se utilice en Chile, tenga las variaciones correspondientes cuando se realiza en la Ciudad de Buenos Aires o La Patagonia.

Termina un año y comienza otro. Todo lo malo se quiere expulsar y lo bueno, recibir con brazos abiertos. Sí, pero no todo es tan fácil. Los recuerdos se tornan tormentosos y los sueños parecen cada vez más lejanos en esta época del año, cuando se realiza el tradicional balance. Para algunos puede implicar un poco de depresión y para otros, será cuestión de alzar las copas para olvidar lo negativo.

La noche que nos traspasa al siguiente año está llena de cábalas y supersticiones que tienen que ver con buenos augurios para el año que comienza y muchas familias son las que las realizan año tras año, incluso, algunos no conocen la razón exacta, pero repiten: “Trae buena suerte”. La buena suerte pareció transformarse en los últimos años en un bien invaluable y todos los rituales que se efectúan una vez que sonaron las doce campanadas de Año nuevo –o durante las campanadas- son una muestra de eso.

Una de las más conocidas es la de las 12 uvas. ¿De qué se trata? De Comer doce uvas, una por campanada, cuando es exactamente la medianoche, ni un minuto más ni uno menos. Dicen que lo ideal es comer seis verdes y seis moradas, porque simbolizan los anhelos y aspiraciones. El objetivo de esto no es ahogarse cuando comienza el año, sino que los objetivos que se trazan para ese nuevo ciclo se cumplan.

Otro de los rituales es levantarse de la silla y volver a sentarse doce veces, una por campanada –al igual que las uvas-. Unos hablan de fortuna y otros del matrimonio como única meta.

La mayoría de los rituales son para atraer dinero y frente a la crisis financiera internacional, se espera que sean de los más realizados en este comienzo de año. Para que la plata llegue durante el año, hay que tener dinero en un zapato al momento del brindis.

Pero hay más… para aquellas mujeres y hombres –por qué no- fanáticos de la ropa y los zapatos, lo ideal es usar ropa interior al revés. Eso le garantiza renovar el guardarropa. Usar ropa interior de color amarillo, por otra parte, le garantiza prosperidad y roja, pasión.

Esto puede ir acompañado del encendido de velas de colores. Cada un tiene su significado y se prenderá junto con el pedido de un deseo, personal o para otra personas a la que quiera desearle lo mejor.

Las azules traen la paz; las amarillas, abundancia; las rojas, pasión; las verdes, salud; las blancas, claridad, y las naranjas, inteligencia.

¿Usted quiere viajar? Si eso es lo que realmente desea este año, la solución está al alcance de su mano. ¿Se animará? La tradición dice que tiene que sacar las valijas a la puerta de la casa cuando sean las doce y para que tenga mejor efecto, sacarlas a pasear por la cuadra. ¿Cómo se ve paseando la valija por toda la cuadra? Sí, puede que este lo dejemos para otro año.

Otros secretitos para arrancar con el pie derecho el 2009 son poner un anillo de oro en la copa de champagña, sidra o gaseosa con la que se hará el brindis y se asegurará que no falte el dinero. La idea es que la bebida sea espumante porque en las burbujas está la felicidad, por eso no importa qué sea, sino que tenga burbujas. También se puede comer una cucharada de lentejas cocidas dentro de los primeros minutos del nuevo año para tener prosperidad.

La quema de muñecos ya pasó a ser tradicional en algunos barrios. En realidad se trata de una costumbre que fue quedando a un lado por la aparición de la tecnología y demás; sin embargo, tiene su significado. Esta tradición se mantiene en muchos países de América y la quema de los muñecos que implicaron mucho trabajo significa que todo lo malo del año que pasó y que no se desea para el nuevo año.

Por otra parte, desde los griegos, la presencia de ristras de ajo en el hogar, son una cábala para la buena fortuna y muchos se aseguran de renovarla en este día. Otro dato útil es que la casa tiene que estar impecable para recibir el año, aunque no lo celebre en ese lugar.

Y el último, pero no por eso el peor consejito, es escribir los deseos en un papel y una vez que haya terminado la primera botella de champagne, los arroje en su interior y tire la botella hacia un río o mar. Si no tiene, no se preocupe, se puede hacer simplemente con papelitos y un vaso de agua.