“Tengo mala fama pero entreno a morir”


Pide la pelota, recibe, levanta la cabeza, intenta una gambeta, no sale, protesta… Vuelve a empezar. Ahora sí, el amague deja un rival en el camino. Avanza con pelota dominada, se acomoda, relojea la posición del arquero y saca un derechazo que pasa cerca del segundo palo. Un par de aplausos dispersos cortan el concierto de voces que llegan desde la cancha en la fría pero soleada mañana de Tristán Suárez.

Una treintena de personas se acercó al entrenamiento para ser testigo de los primeros movimientos de la nueva estrella del club. Y para sorpresa de muchos no había look europeo, botines cósmicos, ni auto caro esperando a la salida del vestuario. La nueva figura usa unas medias viejas cuyos colores delatan un pasado en San Lorenzo, cabellera larga y rubia bajo el gorro, y una campera con un estampado del grupo de rock “La 25”.

Carlos Daniel Cordone, que al término de la práctica de ayer firmó su vínculo con la institución lechera, se prendió una larga charla con Info Región en la que se mostró “feliz” por estar en las puertas de jugar en la Primera B Metropolitana, la única categoría del fútbol argentino donde no había actuado. Además, señaló: “Estoy contento porque muchos pensaban que después de dos años de suspensión por doping me iban a encontrar tirado por cualquier lado o no haciendo lo que sé hacer que es jugar el fútbol”.

- ¿Cómo se dio tu llegada a Tristán Suárez?

- Después de rescindir en Independiente Rivadavia, opté por jugar los últimos años de mi carrera en Alem, club del que soy hincha. Pero tuve dos años buenos, nunca jugué en la “B” y tenía ganas de progresar. Por eso, me contacté con el Tano (Pasini) por intermedio de un compañero, Ercoli. Se dio todo muy rápido y empecé a entrenar el sábado.

Después que me fui de Alem, me agarró la desesperación de arreglar en algún lado, pero ahora que firme estoy re contento, un paso nuevo porque jugué en la “C”, en la “A”, afuera, y ahora se va cumpliendo el objetivo de jugar en todas las divisiones del fútbol argentino. Y para mí eso es importante.

- ¿Cómo fueron estos primeros entrenamientos en Suárez?

- Cuando llegás a un club nuevo se hace difícil porque no conocés a nadie, pero mis compañeros me recibieron muy bien, como si nos conociéramos de siempre. Y eso simplifica todo.

- ¿Ya empezaste a armar alguna sociedad?

- De a poco. Se está armando el equipo, no jugamos mucho por el momento. Hicimos algo de fútbol y los tres delanteros fuimos Gastón Grecco, Juan Pablo Peralta y yo. Nos estamos conociendo, no hay que apurarse. También está Noriega. Creo que son todos buenos jugadores.

- ¿Para que crees que está Tristán?

- Soy sincero: es el primer año que voy a jugar en la "B", lo que conozco es sólo de ver la tele. Nosotros nos estamos preparando de a poco y cuando yo juego quiero lo máximo. Cuando empezás un campeonato querés salir campeón pero después con el correr de las fechas te fijás cómo se va dando el torneo.

- Pasini dijo que sos “el jugador de Velez” ¿Es para tanto?

- El Tano me quiere dar ánimo. Yo creo que está terminando mi carrera y si lo analizo fríamente dudo que esté como en aquellos tiempos, aunque la verdad es que estoy muy bien y siento que no voy a desentonar en la divisional.

El hombre que fue multicampeón con el Fortín recibió un duro golpe cuando militaba en San Lorenzo, donde participó del primer título internacional del club (Sudamericana 2002). Un 12 de marzo de 2004 Cordone se entrenó como todos los días -fue un intenso doble turno el que debió soportar-. Por la noche, no descansó en su casa de General Rodríguez. Asistió al cumpleaños de un amigo. Estaba despreocupado. No sabía que la peor noticia estaba por llegar. Una vez más, como aquel 16 de abril de 2003, un control antidoping le dio positivo.

Como era reincidente fue suspendido por dos años. Una sanción que a cualquiera le cambia la vida y la perspectiva de las cosas. A cualquiera menos a él. El gran triunfo de Cordone fue demostrarle al fútbol que desde Newcastle hasta Alem el juego es el mismo.

- ¿Qué podés decir del tiempo que te tocó estar sin jugar?

- Del doping no me gusta a hablar, pero estoy contento conmigo porque todos pensaban que después de dos años me iban a encontrar tirado en cualquier lado o no haciendo lo que logré que fue volver al fútbol. Yo sabía que nunca se iba a acabar pero fue difícil volver. Estoy contento porque pude superar esa sanción que no fue corta. A pesar de la cagada que me mandé, la pagué con el esfuerzo. Y saldé una deuda que tenía conmigo.

- Está bueno que te tomes el fútbol así…

- La verdad que hasta el último día de mi vida voy a aprender del fútbol, pero tuve una escuela hermosa. De chico me quejaba que me cagaban a pedos Chilavert, Trotta, Sotomayor, el Turu Flores pero estoy agradecido de haber tenido esos maestros que me guiaron para seguir la carrera con esas ganas y esa forma hasta el día de hoy. El día que no entrene con la misma fuerza o no me caliente como lo hacia en Primera no voy a jugar más.

- ¿Cuál es el tratamiento que te ha dado el fútbol de ascenso?

- Es normal que me marquen un poco más pero no encontré jugadores mala leche; al contrario, hay un gran respeto. Una patada de más hay en cualquier lugar donde se juegue al fútbol, de eso no tengo nada que decir.

- ¿En qué momento de la carrera te encontrás?

- Estoy entero, soy un jugador que tiene mala fama pero entreno a morir todos los días. Le tengo mucho respeto al fútbol, a la pelota. Tengo muchas ganas pero hay que aclarar que al lado de chicos de 20 años y yo tengo 35, me cuesta un poco más la recuperación. Aunque, estoy a la altura de cualquiera para jugar un partido entero. Ahora tengo más experiencia no corro alocado como antes, me muevo mejor en la cancha.

Juan Santelices