Un film revela el talento de Narciso Ibáñez Menta


El talento actoral y la imaginación desbordante del recordado Narciso Ibáñez Menta, más conocido como "el hombre de las mil caras" por su capacidad para el disfraz y la caracterización en filmes y series televisivas de terror, es el eje de un documental de Gustavo Mendoza que lleva el sugestivo título "Nadie inquietó más".

"Se trata de un homenaje a la vida y obra de Narciso Ibáñez Menta, que intenta desentrañar las distintas facetas de una personalidad singular que impactó y modificó de modo sustancial la forma de desarrollar los géneros de terror, épicos y dramáticos en Argentina y España", indicó el director.

"A la diversidad de testimonios de aquellos actores, técnicos, directores y maquilladores que trabajaron con él, se suma material de archivo inédito que nos revela a un hombre consustanciado con el misterio", agregó Mendoza, quien presentará un adelanto de su filme en la sección Work in Progress de la próxima edición de la Semana Pinamar. Chicho Ibáñez Serrador, Beatriz Díaz Quiroga, Paul Naschy, José María Langlais, José Martínez Suárez, Natán Solans, Chicote Santa Cruz, Cipe Lincovsky, Ricardo Passano, Enrique Talión, Jorge García, Juan Carlos Puppo y Manuel Galiana, son algunos de los que aportan testimonios en el documental.

La película recorre la vida de este gran actor que comenzó siendo niño prodigio en el teatro para luego inspirarse en Lon Chaney y llegar a ser un experto en caracterización y actuación, contando con éxitos como "El pulpo negro" y "El hombre que volvió de la muerte", que actualmente tiene una remake en Canal 13 con Diego Peretti como protagonista.

El actor español falleció en Madrid el 15 de mayo de 2004, a los 91 años, por una enfermedad terminal padecida durante varios años, dejando la imprompta de su genio para la caracterización y su profesionalismo como actor, director y guionista. En Argentina realizó unas 45 películas, dirigió tres y colaboró como guionista para la radio y televisión, donde también tuvo una amplia carrera actoral, hasta que en 1963 regresó a España. Nacido el 25 de agosto de 1912 en Asturias, hijo de una familia de larga tradición teatral, desde su nacimiento vivió el clima de camarines que compartían sus padres, Narciso Ibáñez y Consuelo Menta, como artistas del género lírico.

"El primer contacto que tuve con él fue en 1996, cuando hacía el filme ’Terror en el cine argentino’. Me contacté con él por Martínez Suárez, quien lo había dirigido en ’Los muchachos de antes no usaban arsénico’. Lo llamé por teléfono y me regaló 40 minutos mágicos plenos de sabrosas historias de vida", recordó Mendoza.

Para el cineasta, "Ibáñez Menta produjo una relación casi hipnótica con su público, que forjó la sublimación de sus propios miedos. La audiencia, en consecuencia, lo retribuyó con su eterna incondicionalidad".

"El hombre que volvió de la muerte", "Obras maestras del terror", "El fantasma de la ópera", "La muerte de un viajante", "El asfalto", "El muñeco maldito" y "El pulpo negro", son algunas de las series que protagonizó -con su particular estilo elegante y enigmático- en la televisión local.

El actor fue encasillado como un ícono del género de terror, donde representó a seres torturados, monstruos y vampiros, aunque también podía encarnar espléndidamente a hombres comunes, aristocráticos, seres agradables y siniestros, tanto en teatro, cine y televisión.

Ibáñez Menta también tuvo una extensa participación cinematográfica como productor, director, adaptador y sobre todo actor en filmes como "Almafuerte", "Obras maestras del terror", y "La bestia debe morir", entre otras. "Nadie inquietó más" le demandó a Mendoza tres años de investigación, recopilación de material de archivo -entre imágenes que se creían perdidas y otras inéditas de sus series y películas, cientos de fotos, además de textos y cuentos leídos por él- y numerosas entrevistas hechas en Argentina y España.

Padre del realizador Narciso "Chico" Ibáñez Serrador, en 1974 protagonizó la serie "El televisor", dirigida por su hijo para la televisión española. Debajo de su máscara se encubría un ser humano profundamente tierno que escondía sus temores al salir a escena.

"Me siento mucho más dueño de todo cuando estoy dentro de un personaje. Es como si fuera un niño que nunca hubiera querido salir del seno materno. Estar en el personaje y hablar a través de él, me es mucho más fácil que desenvolverme en la vida. En la vida sigo siendo inseguro, en el personaje no he dudado nunca", confesó alguna vez el actor.