Espacios culturales independientes, en jaque por el tarifazo


El aumento de las tarifas está hoy más que nunca en el ojo de la tormenta. Al reclamo de los clubes de barrio, comedores, fundaciones y otros espacios, se suman los teatros independientes de la Región, quienes aseguran que debido al aumento de las tarifas se vieron obligados a trabajar “milimétricamente” para intentar reducir el consumo.

La suba en los servicios de luz, gas y agua “sacudió” de tal manera a los espacios independientes que, en la mayoría de los casos, se vieron obligados a realizar modificaciones para enfrentar el cambio en el costo fijo de las tarifas que tenían hasta ese momento.

Hace algunas semanas, los integrantes del espacio cultural SuperÁ, el primer teatro independiente de la historia de Longchamps, comenzaron a viralizar la factura de luz que recibieron por más de 10 mil pesos porque temen que el espacio tenga que cerrar sus puertas porque todos los meses tienen “más pérdidas que ganancias”. “No queremos desaparecer pero es una lucha difícil”, habían admitido.

En el caso del Espacio Disparate, que nació hace 12 años en Lanús, tuvieron que resignar toda la “construcción monetaria” que habían logrado poner en valor con el trabajo en la gestión del lugar durante todos estos años, y quienes llevan adelante el “Dispa” trabajan nuevamente ad honorem.

“Solo que porque somos profesionales del área le dedicamos la misma o más horas sin sueldo. Eso se llama resistir. Los profes siguen cobrando por sus talleres pero la parte de nuestro trabajo como motores de la movida que habíamos logrado constituir en doce años, la hemos tenido que resignar y reasignar esos fondos para el pago de los servicios. Esto hace que uno salga a buscar esos fondos afuera y sumamos horas de trabajo”, expresó en diálogo con Info Región Mariana Ortiz Losada, referente y una de las fundadores de Espacio Disparate.

Sostuvo, en esa línea, que la respuesta del grupo autogestivo es “la resistencia a como dé lugar”. “Estamos ampliando nuestro horario de proyección de actividades, preparando espectáculos nuevos, saliendo a la calle, donando funciones a escuelas rurales, hogares, hospitales. Estamos redoblando la apuesta porque seguimos convencidos de que el arte es una herramienta para transformar la visión que uno puede tener de esta realidad”, afirmó.

“No podemos prender nada, estamos atados de pies y manos”, lamentó la directora del Teatro de las Nobles Bestias, Claudia Eichenberg, quien explicó que desde el espacio ubicado en 14 de Julio 142, Temperley están “cuidando todo milimétricamente” para intentar reducir el consumo. “Hoy di clases y, aunque hacía frío, estábamos todos abrigados, como quiere el presidente Mauricio Macri, para no tener que prender las estufas. Nosotros tenemos que estar estudiando todos”, expresó.

“El impacto es muy fuerte, fue una transición a cuchillo y nuestros costos se dispararon terriblemente. Si fuera un comerciante tendría que cerrar porque estamos en absoluto déficit desde hace meses”, puntualizó Enrique Pagella, referente del Teatro Galpón de Diablomundo.

Cambios técnicos. Para intentar paliar el impacto de los aumentos, los teatros recurren a modificar la parte técnica y la puesta en escena para consumir lo menos posible.

Eichenberg indicó que en el Nobles Bestias tuvo que reducir el uso de luces en los espectáculos, y eso “desmerece” el producto final. “Nos estamos cuidando de todo. Si querés hacer algo hermoso y especial, tenés que pensarlo dos veces”, manifestó.

En Espacio Disparate, en tanto, adquirieron faroles de luz de led para afrontar el gasto de la electricidad porque con los faroles teatrales “se estaba haciendo imposible”. “La calidad de la planta lumínica, si bien no deja de ser buena. ha sufrido muchos cambios”, señaló Ortiz Losada.

Desde Teatro Galpón de Diablomundo explicaron que si bien en ese espacio no realizaron ningún tipo de modificación técnica, realizan un control exhaustivo del consumo de energía. “Hoy, por ejemplo, todo Temperley está sin luz y nosotros tenemos que suspender uno de los eventos más convocantes que tenemos. De todas formas, el aumento de las tarifas está igual”, dijo.

Los espacios culturales y su rol social. La referente de Espacio Disparate sostuvo que los espacios culturales independientes cumplen un rol social muy importante y cubren “una faltante histórica del Estado” por la “falta de espacios accesibles” para toda la población. “El movimiento teatral independiente y de trabajadores de la cultura ha dado respuesta a un montón de necesidades”, insistió.

“Somos un espacio en el que intentamos cobrar entrada pero el que no puede, entra. Es así, aunque cada vez cuesta más cobrar una entrada. Con las clases también, tenemos mucha gente que no paga”, indicó Eichenberg, mientras que Pagella advirtió que cobran “una entrada promedio de 150 pesos, cuando tendría que estar cerca de los 400”. “La convocatoria para los espectáculos está muy difícil”, lamentó el referente del Galpón Diablomundo.

En esa línea, su par del Espacio Disparate resaltó la importancia de la gestión de subsidios y promulgación de leyes “de apoyo y protección” para garantizar la continuidad de su trabajo.

“En muchos casos esas leyes existen pero no dan cuenta de acciones concretas como podría ser, en este caso, una tarifa social que nos vuelva a subsidiar los servicios, dado que hay salas que afrontan costos de servicios que hacen prácticamente imposible que sigan con sus puertas abiertas, y es un futuro no tan lejano para muchos de nosotros”, sentenció.

Franco Solleiro Mlodziejwski