“Se rumoreaba que a Érica la habrían cremado en Lanús”


Con la palabra de más testigos, se realizó este lunes la sexta audiencia del juicio por el crimen de Érica Soriano, en el que el único acusado es Daniel Lagostena, imputado por “homicidio en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género”.

En esta oportunidad, declaró Gabriel De Lío, ex pareja de Viviana Correa, la mujer que la semana pasada contó como habrían asesinado a Érica y hecho desaparecer el cuerpo. “Daniel estaba discutiendo con Érica la mañana del 21 de agosto del 2010 cuando le pegó un sopapo. Ella se cayó, se golpeó la cabeza con una mesa y así fue que murió”, había la mujer, quien vinculó a Lagostena con Leonardo De Simone, el hombre que le alquilaba el crematorio de Lanús a su padre.

El testigo, que trabaja hace más de 20 años en casas velatorias, comentó que “en el ambiente funerario se rumoreaba que se hacían desaparecer cuerpos en el Cementerio de Lanús”, pero desmintió lo expuesto por Correa. “Un día estábamos en casa mirando la tele y sale en las noticias el caso de Érica Soriano, ahí fue que comenté que al tipo se le habrá ido la mano, la pasó a valores a la mujer y habrán ido a ver a De Simone para arreglar el tema del cuerpo”, precisó.

“En el ambiente funerario se rumoreaba eso, que a Érica la habrían cremado en Lanús y todo apuntaba a De Simone por ser el tipo que le alquilaba la propiedad a la familia Lagostena”, apuntó, al tiempo que admitió que “para hacer desaparecer un cuerpo se necesitan contactos como Leo, que entraba y salía del cementerio a la hora que quería”.

El dato más llamativo fue el que brindó sobre una charla que había tenido con él años atrás: “Una vez me dijo que si tenía algún fallecido que no tenía familia, lo podíamos hacer entrar por izquierda el cementerio para cremarlo”, recordó.

En medio de su testimonio, el hombre dijo tener miedo por eventuales represalias. “En su momento no dije nada porque no me quería meter y salir en todos los medios. Ahora tengo miedo de que me manden a alguien”, confesó.

Se espera que el juicio continúe el miércoles con una nueva jornada de declaraciones de más testigos del caso.

El caso. La familia denunció la desaparición de la mujer el 21 de agosto de 2010. Es que la pareja de Érica, quien estaba embarazada de poco más de dos meses y ya tenía una hija, señaló que la joven había salido ese día de la casa que compartían en Lanús, ubicada en Coronel Santiago 1433 de Lanús, para visitar a su madre, pero nunca llegó a destino. Érica fue buscada por tierra, agua y “puerta a puerta”, en el cementerio de Lanús, la casa en la que vivía y viviendas de familiares de Lagostena.

Los investigadores determinaron que en la tarde del 20 de agosto de 2010, la pareja fue al ginecólogo y a las 22.13 Érica recibió el llamado de una amiga y le dijo que estaba yendo con su pareja hacia su casa en auto. Esta llamada telefónica fue el último contacto que se tuvo de la mujer con su entorno social. Durante la madrugada, Lagostena comenzó a intercambiar mensajes y llamados, que llamaron la atención de los investigadores porque no era habitual el uso horario ni el patrón de comunicación. Creen que en ese horario, hicieron desaparecer el cuerpo de la joven embarazada de dos meses y medio.

Luis Giménez Ojeda