Comenzó el juicio para esclarecer el asesinato de Maximiliano Argüello


"Estoy muy triste, no puedo creer estar pasando por esto”, aseguró entre lágrimas Natalia, hermana de Maximiliano Argüello, el joven que fue asesinado en 2004 al quedar en medio de un tiroteo entre dos personas sospechodas de robo y un ex agente de la Penitenciaría Federal, durante la primera audiencia del juicio que se desarrollará en la sala N° 1 de los Tribunales de Lomas de Zamora.

La primera jornada incluyó declaraciones del único imputado en la causa, un ex agente del Servicio Penitenciario Federal, identificado cómo Carlos Alberto Montenegro, además de la presencia de familiares y conocidos del joven asesinado, quienes sostenían carteles que exigían Justicia y con la angustia y el dolor reflejados en sus ojos repudiaban la versión de los hechos ofrecida por el agente.

“Llegué a mi casa y no podía ni hablar porque no me salían las palabras”, apuntó Montenegro ante la mirada del Juez y aseguró que segundos después de la muerte de Maxi no podía “recordar quién había disparado el arma homicida porque estaban todos en estado de shock”.

El único detenido por el crimen continuó su relato mientras de fondo se oía el susurro de los familiares de la víctima, quienes recriminaban que “es un mentiroso”.

El hecho tuvo lugar durante la noche del sábado 20 de noviembre de 2004, cuando Maximiliano quedó en medio de un tiroteo entre sospechosos de un intento de robo de una camioneta y Montenegro. No obstante, en la causa también deberá responder un ex integrante de la Armada Argentina, apellidado Fernández, sobre quien pesa el cargo de encubrimiento.

“La mamá de Maxi, el fiscal y nosotros consideramos que Fernández también es partícipe del hecho y el objetivo de este juicio es que se descubra la verdad”, indicó a Info Región Rodrigo Ferreiros, presidente de la Comisión Nacional de Lucha contra la Impunidad, cuyos miembros estuvieron presentes en la audiencia para respaldar a los familiares de la víctima.

“La gente reaccionó de esa manera- acusando de mentiroso a Montenegro mientras declaraba- porque el acusado está descargando culpa en Fernández, ya que está establecido en la causa que este último sólo intervino para descartar el arma con la que mataron a Maxi”, apuntó y agregó que “es lógico que la familia esté destrozada” y que tengan “ansiedad de buscar Justicia por el hijo que ya no está”.

En el momento en que Montenegro todavía se encontraba prestando declaración, Natalia abandonó la sala quebrada en llanto y sentenció: “La angustia es muy grande”.

De acuerdo a las actuaciones que constan en el expediente, el vehículo que Montenegro y Fernández argumentaron defender del intento de robo – a través de la balacera que mató a Maxi- no presentaba signos de haber sido forzado con fines de un presunto asalto.

“La camioneta ni siquiera tiene marcas en la cerradura”, aseguró con dolor Liliana Vázquez, mamá de Maximiliano, para quien “el enfrentamiento nunca existió”. “Las pericias también determinaron que el arma, que intentaron esconder, fue descargada en su totalidad luego de que uno de los proyectiles matara a mi hijo. Cada una de las coartadas que inventaron se fueron cayendo y está claro que pretendieron encubrir el asesinato que cometieron”, remarcó.

Instantes antes de que comenzara el juicio, Vázquez recordó angustiada lo sucedido durante la noche del crimen: “Maxi había ido a acompañar a su noviecita, de 15 años, y a la hermanita, a la parada del 279, que queda a la vuelta de casa. Eran casi las diez de la noche y, de repente, sin tiempo para reaccionar, se escucharon detonaciones y un balazo le dio en el pecho, perforándole una arteria cardiaca. No sé por qué lo hicieron, sospecho que estarían alcoholizados, ya que salir a la calle a disparar, sin reparar en que se puede dañar a alguien es realmente una actitud propia de un loco. Cuando Montenegro confesó ser el autor del tiro sólo argumentó que estaba corriendo a unos chorritos, pero anteriormente había dicho que había existido un enfrentamiento y hasta había querido meter en el medio a mi hijo”.

Tras salir con gran desconsuelo del Tribunal, los familiares fijaron en las paredes decenas de panfletos que pedían el esclarecimiento del crimen de Maxi. El próximo jueves conocerán cuál es el veredicto. “Queremos Justicia, nada más”, reclamaron.