Francisco casó a 20 parejas, entre ellas una mujer soltera


Gabriella, madre soltera, y Guido, de 56 y 49 años respectivamente, estuvieron acompañados por la hija de la primera.

Otra de las parejas casadas es la de Flaviano y Giulia, los más jóvenes, que habían pensado renunciar al banquete nupcial por el elevado costo del mismo ya que ella trabaja en un restaurante de comida rápida y él acaba de perder su empleo.

Por esta razón, ha sido su parroquia la que se ha movilizado para organizar una fiesta en la que participará "toda la comunidad", consigna la agencia EFE.

“Un símbolo de la vida real”

Francisco, durante la ceremonia, recordó a los contrayentes que la institución del matrimonio es un "símbolo de vida real, no de ficción" por lo que, además de alegrías, también habrá dificultades pero, según explicó, eso es lo que la hace "humana".

"El matrimonio es un símbolo de vida, de la vida real, ¡no es una ficción! Es la reciprocidad de las diferencias, no es un camino fácil, sin conflictos, no... porque de ser así no sería humano. Es un recorrido a veces difícil y conflictivo pero ¡esa es la vida!", indicó.

El Papa ofició este rito un mes antes de que se lleve a cabo el Sínodo de obispos sobre la Familia, que comenzará el próximo 5 de octubre y que deberá trazar la línea pastoral en este ámbito.

En este sentido, señaló que las familias son "el primer lugar donde nos formamos como personas y, al mismo tiempo, ejercen de 'ladrillos' para la construcción de la sociedad".