“Para venir a Temperley resigné algunas cosas y comencé a soñar”


Con la cinta de capitán en el brazo izquierdo y su garra característica, Adrián Arregui había ganado prestigio en la Primera C con la camiseta de Berazategui. A partir de su muy buen nivel individual, Temperley puso los ojos en él y fue uno de los dos refuerzos en el mercado de pases. Ahora quien hizo inferiores en Defensa y Justicia y Quilmes disfruta su gran momento como pieza importante en el mediocampo celeste.

Luego de subir dos categorías en menos de un año transita el sueño de terminar 2014 con el pasaje a la Primera División. Mañana Temperley comenzará la segunda rueda del Nacional B frente a Huracán, en el estadio Alfredo Beranger, en una posición expectante y con un juego que lo respalda. Con 17 puntos, el conjunto dirigido por Ricardo Rezza marcha tercero en la Zona B y bien afirmado en sus premisas conceptuales. En diálogo con Info Región, el mediocampista anticipó el choque frente al Globo.

-¿Qué balance hacés de la primera rueda?

-Antes de empezar, la verdad es que no nos imaginábamos tener esta cantidad de puntos, ni tampoco el nivel futbolístico alcanzado. Fue una grata sorpresa el rendimiento que hemos tenido y cómo entendimos el mensaje del entrenador.

-¿Por qué te sorprendió el muy buen comienzo?

-Porque en el primer partido con Huracán nos vimos superados, con un resultado muy abultado (N. de R.: Temperley cayó 3-0) y creíamos que la categoría no iba a ser como nos imaginábamos. Nos hicieron sentir lo que era esta divisional.

-¿Cómo encararon un torneo tan particular como este?

-El hecho de la implementación de los cinco ascensos fue un plus y nos llevó a pensar en ascender porque cinco de once van a estar en Primera División. No era algo imposible. Siempre supe que se podía pelear arriba; y ahora, a medida que avanzaron los partidos, me convencí que estamos para eso.

-¿Cuál es la receta de Temperley para verse entre los de arriba?

-El grupo y el club, esas dos cosas son fundamentales. Desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche tenés gente trabajando durante los siete días de la semana y estás en constante contacto con ellos. Uno se siente contenido y apoyado; la gente también nos reconoce. El vestuario es para enorgullecerse porque hay un plantel de jerarquía y somos todos iguales. Fede (Crivelli) y Gastón (Aguirre) tienen trayectoria pero nos tratan a todos de la misma manera.

-En lo personal, ¿cómo te sentís?

-Siempre digo que para que un jugador dé sus frutos tiene que estar acompañado de muchas cosas, no sólo de sus virtudes técnicas, también tiene que estar bien en lo emocional. Sin ello no se puede llegar. Por suerte, estoy muy apoyado por mi familia, que es mi cable a tierra, y además es importante el grupo. Cuando hago las cosas mal me las dicen y cuando las hago bien me las reconocen.

-¿Te sentís valioso en el equipo?

-Sí, porque mis compañeros me hacen sentir así. En el mediocampo cumplo un rol importante: corro, soy aguerrido, hago el trabajo sucio y dejo que los demás hagan lo suyo.

-Por tus entradas y barridas la gente te tomó como referente, ¿para vos cómo es eso?

-Me siento querido y reconocido, pero no sólo me tiro yo al piso. Por ejemplo; Tiki Di Lorenzo, que ha jugado en muchos clubes, se tira; el Chino Sambueza y Juan (Dinenno) también. Tenemos un equipo en el que todos dan todo y si ellos van una vez, yo tengo que ir dos. Está ese mensaje en la cancha.

-¿Cómo cambió tu vida desde que llegaste a Temperley?

-Cuando llegué fui una apuesta, más que refuerzo. Me salió la oportunidad y me decidí. Hablé con Fernando (Brandán), que es amigo de la familia y había jugado conmigo en Quilmes, y me había contado que el club estaba muy bien. Para venir a Temperley resigné algunas cosas y comencé a soñar. Llegó el ascenso, partidos de finales inolvidables, que no me imaginaba cuando llegué. Estar donde estamos parecía inimaginable; todavía me sorprende lo que estoy viviendo con este equipo.

-Visitaste canchas a las que nunca habías ido, ¿cómo lo tomaste?

-La diferencia de categorías la noto ahí. Jugué en la cancha de Huracán, cuando había ido a Lamadrid, San Miguel. En Tucumán hubo 20 mil personas, fuimos a Misiones, los viajes en avión, son cosas que en otras divisiones no suceden. Cuando jugamos de local también hay grandes marcos, que es muy importante.

-¿Cómo imaginas el partido con Huracán?

-Ante todo, como una revancha. Debutamos contra ellos y tuvimos una mala pasada, pero el fútbol es así. Ese día perdimos bien y jugaron mejor que nosotros. Ahora nos toca de local y ellos vienen golpeados. Estamos bien, la cancha estará llena y esperamos revertir la imagen que dejamos esa vez.

-¿Sorprende el mal rendimiento de Huracán?

-Sí. Miro mucho fútbol y cuando hay equipos de jerarquía que no tienen una regularidad me llama la atención. Después de jugar con ellos los daba por ascendidos.

-Lograron una diferencia de cinco puntos con el sexto, ¿cómo hacen para abstraerse de la ilusión de la gente?

-Es difícil porque uno convive con eso todo el tiempo. Si no fuera así, te irías un poco de foco, pero acá todos nos dicen que estamos ahí. Tratamos de mantenerlo con humildad. Seguimos haciendo las mismas cosas que hacíamos en la B y eso es un mérito. Los hábitos siguen siendo los mismos para no desviarnos del camino.

Por Mauro Mariani