Rousseff y Lula, recibidos por una multitud en el cierre de campaña


El recorrido por San Pablo se realizó a poco más de un día de los comicios del país más grande de América Latina.

La céntrica plaza Ramos de Azevedo, frente al Teatro Municipal paulista, fue el punto del encuentro de militantes políticos y sindicales de todo el país que se agruparon para darle el impulso final a la presidenta antes del desafío que tendrá el domingo cuando enfrente las urnas en los 27 estados brasileros en busca de su reelección.

La espera, enmarcada entre nubes, viento y repentinos rayos de sol, estuvo rodeada también de seguidores del PT, funcionarios, miembros de agrupaciones y sindicatos que levantaban banderas y coreaban el jingle presente en toda la campaña “Dilma, Corazón Valiente”, mientras repartían gorros y calcomanías con la cara de Dilma y Lula.

"Creemos que el gobierno brasilero va bien y tenemos que darle continuidad", explicó a Télam Marlene Clementino, de 42 años, representante de los trabajadores químicos mientras repartía banderas.

"En 12 años de gobierno hubo una inclusión que nunca tuvo Brasil, políticas en la distribución del ingreso", comentó Rafael Costa, de 25 años, estudiante de historia de la Universidad de San Pablo.

La visita

En la previa no faltó nada, incluso a metros del “Dilmamóvil”, vehículo que llevaría a Dilma y Lula luego, desde un edificio arrojaron un huevo que explotó en la calle, cerca de los presentes. La reacción fue inmediata: silbidos, gritos y el coreo "Dilma, Dilma!!" hacia la ventana.

Pero la espera tomó sentido cuando el fundador del PT y la presidenta aparecieron y se subieron a la camioneta junto con el candidato a gobernador de San Pablo, Alexandre Padilha, y comenzó la procesión por plena peatonal paulista.

De saco rojo y cuello negro, sonriente y de la mano de su padrino político y líder del PT, Lula, quien también vistió de rojo, ambos saludaron a la multitud que pareció multiplicarse cuando aparecieron.

Entre cables de decenas de medios locales y extranjeros, banderas, comerciantes que se asomaban, los seguidores de Rousseff le gritaban y saludaban emocionados.

El recorrido de unos 600 metros terminó en la plaza de la República, y alteró el mediodía de San Pablo, donde empleados que no estaban enterados de la visita se vieron sorprendidos por la marcha.

Ahora, la candidata que inició hoy sus actividades con una caminata en el ABC de San Pablo, tiene planeado visitar Minas Gerais y mañana darle fin a la campaña en San Bernando do Campo, previo al domingo, día en que millones de personas decidirán el destino de Brasil.