Peregrinación a Luján y una nueva muestra de fe


Una multitud de peregrinos partió ayer poco después del mediodía de la Iglesia de San Cayetano, en Liniers, portando la imagen de la Virgen de Luján, cabecera de la 40° edición de la peregrinación a la Basílica de esa localidad bonaerense.

Con "vivas" a la Virgen María, los peregrinos que partieron de Liniers se sumaron a la incesante marcha de jóvenes que desde temprano poblaron la Avenida Rivadavia dispuestos a caminar los 60 kilómetros que abarca el recorrido a Luján.



En San Cayetano, fue monseñor Eduardo García, obispo auxiliar de Buenos Aires, quien bendijo y despidió la imagen de la virgen tras la exclamación "María cuídanos, María ayúdanos, María acompáñanos" para culminar con el lema de la peregrinación: "María, ayúdanos a trabajar por la paz".

Con sus mochilas, camperas y zapatillas, los miles y miles de jóvenes que emprendieron la larga caminata avanzaban con ímpetu y entusiasmo hacia la meta y ante el desafío que se propusieron, "llegar a Luján, llegar bien, para agradecer y pedirle a la virgen", aseguró María Pía, de Mar del Plata, que estaba con un grupo de compañeros, estudiantes y algunos ya recibidos, de entre 23 y 29 años. "Estamos muy ansiosos, con mucha expectativa de llegar, para llevar las intenciones de la familia y rezar por nuestro país", dijo la joven que fue a Luján por primera vez.



Los peregrinos, organizados en grupos tanto pequeños como grandes, llevaban la esperanza de llegar, buscando vivir una experiencia cargada de significaciones y deseos, como Celeste, una chica de Florencio Varela que caminó a Luján junto con un grupo de compañeros, entre 18 y 22 años, quien sostuvo que fueron "a pedir por la familia, el trabajo, la salud, y también a agradecer". "Queremos llegar bien; queremos pedir que nos vaya bien todo el año y agradecer que hayamos llegado", expresó por su parte Leticia que estaba con su grupo de entre 14 y 22 años oriundo del barrio porteño de Almagro.

Un cura villero entre los peregrinos. Entre los peregrinos estaba el padre Pepe, quien manifestó: "Caminar todas las villas juntas nos trae mucha alegría". Junto con jóvenes de villas de la ciudad de Buenos Aires y algunas del conurbano bonaerense, el cura destacó: "Queremos agradecerle a la virgen de Luján y también pedirle por nuestros barrios que son un ejemplo de fe y de trabajo". "Muchas veces -continuó- uno ve lo negativo de nuestros barrios pero lo que nosotros demostramos, a través de estas caminatas, es cuanta fe hay, y es esto lo que sostiene la vida de la Argentina".



¿Quiénes peregrinaron? La mayoría de los caminantes en esta tradicional Peregrinación Juvenil a Pie a Luján, son jóvenes, aunque también completan las columnas, padres y madres con sus hijos, y gente mayor que recuerda otras marchas a Luján a lo largo de los 40 años de historia de esta peregrinación.

Uno de los recuerdos es del mismo párroco de San Cayetano, Jorge 'Poroto' Torres Carbonell, quien estuvo entre los primeros peregrinos hace 40 años: "El 25 de octubre de 1975 entré por el costado del templo para que me den un brazalete para hacer una actividad en la peregrinación", dijo. "Tenía 21 años y guardo un recuerdo muy lindo", dijo el padre tras enfatizar que "la virgen está con el pueblo, uno no puede separar la virgen del pueblo, están íntimamente ligados".

La peregrinación contó con Puestos de Apoyo, que brindaron alimentos y agua, y Puestos Sanitarios además de tener la colaboración del Ejército, la Prefectura, la Armada, la Gendarmería, efectivos de la Policí­a Bonaerense y de las fuerzas comunales. Además, hubo hospitales móviles que dispuso el gobierno nacional y provincial, ambulancias bonaerenses, móviles de Emergencias de la ciudad de Buenos Aires, distribución de agua a cargo de la empresa Aysa y personal de Defensa Civil y Seguridad Vial.