La lluvia frenó el traspié del Gasolero


En el último encuentro había habido una gran diferencia entre los equipos y Huracán se había impuesto por un contundente 3-0. Ayer, no hubo tanta distancia entre ambos, sin embargo el Globo tomó una ventaja parcial de dos goles. Por la intensa lluvia el juego fue suspendido a los 33 minutos del segundo tiempo.

A Temperley le costó hacer pie en un terreno que aguantó bien el agua en el primer tiempo, pero que no logró desagotar en la segunda parte. Hubo mucha en el mediocampo y eso dificultó las cosas.

La visita fue más práctica y a los 12 del complemento abrió la cuenta por medio de Gonzalo Martínez. A los 25, siete antes de la suspensión del equipo (todavía no hay reprogramación), Ramón Ábila puso el 2-0.

Parejo primer tiempo

La propuesta del Gasolero fue atacar a su rival, pero no contó con oportunidades. La poca participación de Fabián Sambueza fue determinante en el pobre nivel del equipo, que en ningún momento incomodó a Marcos Díaz. En tanto, los de Parque Patricios buscaron a Ábila, su mejor jugador.

Los intentos del Gasolero fueron a través de Sambueza y Leonardo Di Lorenzo, pero ambos disparos se fueron desviados. El Globo probó con un remate de Martínez que fue bien rechazado por Federico Crivelli.

Los primeros 45 minutos se jugaron bajo un diluvio, pero la lluvia se recrudecería aún más en el complemento. La decisión de Herrera fue acertada, pero debió haber sido previo a la primera ventaja visitante.

Los goles

Cuando el empate le caía bien al juego, Patricio Romero falló en la salida, perdió la pelota con Cristian Espinoza y éste se la sirvió a Martínez que fusiló a contra pierna a Crivelli. El Gasolero recibió un cachetazo inesperado y cuando quiso darse cuenta sufrió el segundo.

Un fuerte pelotazo del fondo visitante sobrepasó a Gastón Bojanich y le quedó a Ábila, que le ganó en velocidad a Gastón Aguirre y eludió al 1 celeste, para sentenciar el juego. Tan sólo unos minutos más tarde, Herrera decretaría el final.

Ahora, Temperley deberá esperar la reprogramación del encuentro para intentar revertir el marcador que le es esquivo.