Dictaron prisión perpetua al remisero por el asesinato de Tatiana Kolodziey


Cabeza ya había recibido una sentencia a 24 años de cárcel por una serie de ataques contra mujeres cometidos entre 1995 y 1996, en la Capital Federal, donde trabajaba como taxista.

En un fallo unánime, la Cámara Primera en lo Criminal chaqueña, integrada por las juezas Laura Lehmann, Lucía Martínez Casas de Sanchís y Glenda Vidarte, condenó a Cabeza por "privación ilegítima de la libertad, abuso sexual con acceso carnal, homicidio criminis causa y uso de documento público falso, en concurso real" en perjuicio de Kolodziey (33).

El tribunal declaró reincidente al remisero y dispuso que cumpla con la pena en la cárcel federal Rawson, en la provincia de Chubut.

También resolvió que a la prisión perpetua de Cabeza se le sumen los ocho años que le restaban cumplir de su anterior condena por violaciones, ya que el juez de Ejecución Penal 3 porteño, Axel López, le había otorgado la libertad condicional cuando cumplió dos tercios de la misma.

La investigación. Tras 14 audiencias y dos meses de debate, las juezas dieron por probado que Cabeza tuvo un cómplice para mover el cuerpo de la víctima desde su remís hasta el paraje rural "El Tropezón" donde fue hallada asesinada, por lo que ordenaron seguir con la investigación sobre otros posibles partícipes.

Por su parte, el propio Cabeza declaró en el juicio que él no mató a la radióloga y que sólo la llevó en su remís hasta la casa de su suegra donde ambas discutieron, a raíz de lo cual, su defensa había solicitado su absolución.

Sin embargo, para el tribunal, la mujer fue asesinada en el asiento trasero de Corsa gris, dominio BMA 942, que conducía Cabeza, tal como afirmó en su alegato el fiscal Jorge Gómez, mientras que los abogados querellantes Ernesto González y Elena Almada Bareiro consideraron que el crimen se cometió en "El Tropezón".

En tanto, el ex novio de la víctima, Arnaldo Enciso, fue acusado por obstrucción de justicia y destrucción de pruebas, ya que las juezas entendieron que el teléfono celular que utilizaba fue encriptado para que del mismo no surgiera ninguna evidencia que lo pudiera incriminar.