Las peñas, una pasión por los clubes de la región que no conoce de distancias


Los clubes de la región están muy arraigados a los barrios, forman parte de la identidad de los vecinos y la pertenencia con el ámbito en el que se enclavan es manifiesta. Pero ese amor muchas veces late a la distancia. ¿Hay socios de Lanús en Bariloche? ¿y de Banfield en Misiones? ¿o de Temperley en Puerto Madryn? Sí, y el fenómeno se repite en distintos puntos. Esos hinchas se juntan, se congregan y se alimentan con la misma pasión, convocándose para ver los partidos y organizándose para viajar juntos a gritar por sus colores desde las tribunas.

Se puede cambiar de trabajo, de pareja y mudarse de la casa de toda la vida, pero el club de fútbol nunca se altera. El escudo es uno, de una vez y para siempre. La pasión es parte de uno mismo, donde esté, y las peñas mantienen firme el vínculo con los clubes.

“El club es de los socios” fue el lema que utilizó Eduardo Spinosa en su campaña para llegar a la presidencia de Banfield. Esa idea es cada vez más evidente en todas las instituciones. La masa societaria es la que le da vida y es el sostén de los clubes, la que alimenta el movimiento de cada día. Y los socios que no están cerca también colaboran con esa vivencia a través de las peñas.

Info Región dialogó con autoridades de los clubes y representantes de las peñas para conocer cómo es vivir la pasión lejos de su lugar de pertenencia, así como también la importancia del acompañamiento de los hinchas donde sea que estén.



El Granate, del Sur al mundo. A partir de las muy buenas últimas temporadas y el título de la Copa Sudamericana en 2013, Lanús experimentó un crecimiento exponencial. Sumó una enorme cantidad de socios y esto a su vez se tradujo en mayor cantidad de peñas. Hoy son 29 en distintos puntos del país y tres en el exterior. La bandera granate flamea en Estados Unidos, España y Uruguay, donde los hinchas emigrados están organizados fronteras afuera.

Daniel Moroni, vicepresidente del Departamento de peñas y filiales del Granate, señaló que lo que lo que ellos buscan “es unir a los socios del país para que tengan una mayor relación con el club”. “Hay mucho contacto entre ellos, se juntan, hacen asados y organizan eventos”, recalcó.

El club mantiene un diálogo constante con las peñas, que hacen un gran trabajo para representar a la entidad lo mejor posible. A las del interior las visitan cada “dos o tres meses” y, si no es muy lejos, va un representante de la Comisión Directiva junto a parte del plantel profesional.

La primera peña del Granate se creó en 1996 y lleva el nombre de uno de sus socios más fanáticos, Guido Scasso, quien hoy sigue fielmente al equipo desde España. Está compuesta por socios de zona sur, quienes se juntan solamente para hablar de las alternativas del club de sus amores.

“Tratamos de ir adonde juegue. Ante la imposibilidad de viajar de visitante los únicos viajes que podemos hacer son en la Copa Argentina o en los torneos internacionales. Muchos chicos fueron a Paraguay (el martes Lanús cayó 2-1 ante Cerro Porteño por la Copa Sudamericana) y otros ya habían ido a Japón para la Copa Suruga Bank. También colaboramos de la forma en que podamos, hacemos camisetas con estilo retro y fiestas para juntar plata. Es todo a pulmón”, recalcó Marcelo “Peto” González, uno de los integrantes de la peña.

Y agregó: “Hay peñas en San Juan, Bariloche, San Luis y viajamos seguido. Al partido del fin de semana (3-3 con Godoy Cruz) vino gente de Salta, por ejemplo. El hincha de Lanús es especial, se vive muy fuerte el amor por el club”.

A partir del crecimiento de la cantidad de peñas y socios, Lanús decidió un cambio en su estatuto. “Hoy 12 socios pueden armar una peña, pero ahora el mínimo pasará a 25, aunque aún no está oficializado. Además, los socios deberán contar con una antigüedad de por lo menos un año”, manifestó Moroni. Lo que sí seguirá igual será el monto de la cuota social: aquellos que estén a más de 200 kilómetros de distancia continuarán pagando un diez por ciento del total.

El 3 de enero de 2015 Lanús cumplirá 100 años y el club trabaja para que el centenario sea una fiesta de magnitud. Para que el momento histórico sea inolvidable, todos unidos están a cargo de los preparativos, y los hinchas que están lejos hacen su aporte.

“Las peñas se encuentran trabajando en el centenario, algunas son las encargadas de las pintadas, mientras que otras tienen diferentes tareas. No sólo se vivirá de manera especial en el club, aquellos que no puedan viajar harán su propio festejo y se reunirán con otros hinchas a disfrutar del aniversario”, señaló el dirigente.



El Taladro y su acompañamiento. El socio es un protagonista clave en los procesos institucionales, y en Banfield eso lo saben bien. Tras la partida de Carlos Portell y el descenso sufrido en 2012, volver a unir el lazo entre la institución y los socios fue importante para el resurgimiento. Ahora, el equipo se encuentra nuevamente en Primera División y el club en un proceso de crecimiento.

En materia de peñas, el Taladro también crece. Cuenta con ocho oficializadas y otras tantas que no tienen ese reconocimiento ya que por el momento no han presentado los papeles correspondientes. Cada peña oficial debe contar con autoridades (un mínimo de seis socios) y un libro de actas que le dé un marco de validez. Su única obligación es expandir y honrar el escudo y los colores del Taladro. La pasión no sólo se vive en la región, sino también en Tilcara, Mendoza, Córdoba, Misiones y el Viejo Continente, donde se encuentra la peña “Taladro Europeo” con sede en Cataluña (España).

“Las peñas están presentes y son muy activas y constantes a la hora de colaborar. Ellas siempre están. No importa qué ideología política ni a qué partido apoyen, Banfield está por encima de todo. La masa societaria se aumentó mucho y el club va por buen camino”, aseguró Pablo Leiva, vicepresidente de peñas y filiales.

Una de las que presta su colaboración es la de Capital Federal, que está integrada por hinchas que viven en distintas partes de la geografía porteña y que comenzaron con el proyecto en 2006. “Somos apasionados del club y nos encanta la idea de cortar la semana para compartir esta pasión. Nos juntamos a ver los partidos, a jugar al fútbol y hacemos gacetillas”, recalcó Federico Diner.

Otra es la peña de Almirante Brown, ubicada en Burzaco, que no sólo se preocupa por la situación del club, sino que también aprovecha para ayudar a quienes más lo necesitan.

“Hace un tiempo que ayudamos al Hogar El Alba y ahora lo estamos haciendo con un club que cerramos un convenio, que se llama El Taladro de Claypole. Les llevamos donaciones y en un mes vamos a llevar a otros lugares. Colaboramos en todo lo que podemos. Estamos juntando ropa, rollos de membrana y alimentos”, indicó Rubén “Chucho” Liberali.



El Gasolero va por más.Temperley no se encuentra únicamente de parabienes en el fútbol profesional, sino que el club atraviesa un proceso de crecimiento. A partir del arribo de la nueva Comisión Directiva, presidida por Hernán Lewin, los éxitos deportivos (el fútbol en la Primera B Nacional y el básquet en el Torneo Federal) fueron acompañados de éxitos sociales. El club crece y mira hacia adelante. Impulsaron la campaña “Sentí lo que es volver” en la que invitan a quienes fueron socios a serlo nuevamente.

Capital, Monte Grande, Almirante Brown y Puerto Madryn son las cuatro peñas del Celeste para estar muy cerca de sus socios más lejanos. Víctor Demonte, integrante de la peña Capital fundada en 2008, relata cómo fueron los inicios de la pionera.

“En Capital vivimos muchas personas que somos de Temperley y nos encontrábamos siempre en la cancha. La peña fue el sueño de un antiguo integrante, Hugo White, y por suerte hoy la llevamos a cabo. Nos juntamos siete y la formamos”, indicó.

Se habla solamente del club y para el club. El Gasolero es el único tema de conversación en las reuniones y asambleas. “Temperley es muy abierto a recibir a las peñas y, como no somos una institución que tenga una recaudación importante, buscamos ayudar y que la gente se sume”, aseguró.

Con la voluntad y amor de sus socios, los clubes se encuentran en una etapa de transición para lo que esperan sea un gran futuro. Son la base y la carta de presentación de las instituciones.