Amor por la melodía del jazz


Silvina Aspiazu tiene 36 años, creció en Lomas de Zamora, cerca de la emblemática esquina de Laprida y Santa Fe. El amor por la guitarra nació a los cinco años, cuando sus padres le regalaron una criolla para el día de Reyes. Luego tomó clases con un profesor del barrio, Juan Carlos Quinteros, muy reconocido en el ámbito popular, y así el camino se fue construyendo, entre docentes con los que perfeccionó su conocimiento del instrumento y la carrera de “Composición musical con medios electroacústicos” en la Universidad Nacional de Quilmes.

Hoy es la conductora de Raskoski Hot Club, un proyecto del Banfield Teatro Ensamble, que nació al calor de los café concert.

-¿Cuáles son tus influencias?

-Son diversas. Desde la música contemporánea hasta el rock and roll. Específicamente en el jazz, Jim Hall, Walter Malossetti pero especialmente Oscar Aleman y Django Reinhart, referentes de swing, el sonido acústico, crudo y muy cercano a la música gitana.

-¿Cómo te formaste profesionalmente?

-Estudié la carrera de “Composición musical con medios electroacústicos” en la Universidad Nacional de Quilmes, una carrera diferente y novedosa en el país. Allí se estudia composición de manera más tradicional pero orientada a la música contemporánea y a la incorporación de medios electroacústicos, incluyendo muchos aspectos de sonido, cine y otras disciplinas, pero alejado de la interpretación de un instrumento. La formación guitarrística la voy completando con distintos docentes como Juan Miguel Valentino, Armando Alonso y otros grandes referentes del jazz.

-¿Cuándo surgió la idea de armar la Raskoski?

-En Banfield Teatro Ensamble, proyecto del cual soy orgullosamente parte de su creación y gestión; empezamos a hacer pequeños café concert en 2000. Además de teatro queríamos incorporar música en vivo. Nos juntamos con Pablo Cordonet y otros músicos a tocar ese estilo de música de la película “Dulce y melancólico” de Woody Allen. GypsySwing requería retomar el uso de los instrumentos acústicos, guitarras y contrabajos. Nos hicimos fanáticos totales del estilo, incorporamos repertorio y comenzamos a tocar. El grupo se llamaba “Palmintieris“.

-¿Por qué Raskoski Hot Club?

-El nombre sólo hace referencia a la manera de rascar las guitarras según nuestro compañero concertista de música clásica de BTE, Ignacio Gómez. Y hot club es como homenaje al quinteto del Hot Club de Francia, grupo principal de Django Reinhardt.

-Hay material discográfico…

-Sí, grabamos el primer disco pensando en tener registro de tanto trabajo, inaugurando el sello propio de Banfield Teatro Ensamble, “BTE producciones”.Actualmente estamos presentando el segundo disco, ampliamos el repertorio con temas propios y versiones en el estilo de música muy variada.

-¿Qué proyectos tenés para este año?

-Raskoski tendrá un año intenso de presentaciones. En lo particular tengo intenciones de grabar un disco propio. Un proyecto que tengo hace muchos años en el que trabajo muy lentamente y cuando voy teniendo tiempo. Además en el BTE queremos realizar este año la Sexta edición de Festival jazz Ensamble.