Provincia amplió el listado de nombres


Juanse, Coco, Mel, Calu, Lilo, Noa, Nacha y Ale, son algunos de los nombres que fueron elegidos por padres de bebés bonaerenses en los últimos meses para llamar a sus hijos y así los inscribieron en el registro civil.

Es una tendencia que crece acompañada de otra: el uso de las útimas sílabas de nombres tradicionales como Ian y Bastián.

Explicaciones y motivos. El jefe de Gabinete provincial, Alberto Pérez, explicó que esta inclusión respondió “a la ampliación de derechos, a la libertad de elección", y destacó que la provincia ahora tiene "un listado con 80 nombres nuevos que se fueron sumando por aportes de los padres que solicitaron autorización para inscribir a sus hijos".

"Hemos instruido a los delegados para que apliquen el nuevo código que ya no tiene restricciones en cuanto al idioma o al género”, señaló.

Desde el organismo explicaron que “se tiende a utilizar cada vez más nombres cortos y entre ellos aparece el apócope, también utilizado como nombre. Y algo que se agrega es el sobrenombre, como el caso de Coco o Nacha, que ya es aceptado en nuestros registros civiles”.

El subsecretario de Gabinete, Juan Pablo Alvarez Echagüe, sostuvo que “con la reforma del Código Civil argentino las restricciones al uso de nombres propios cambiaron y son muy pocas”, y agregó que “ya no es requisito que denote sexo y tampoco que sea en castellano aun teniendo traducción a otros idiomas”.

“En la provincia de Buenos Aires tenemos un criterio amplio y flexible que siempre prioriza el derecho de los padres a elegir el nombre de pila con libertad, excepto cuando se trate de nombres peyorativos que menoscaben el respeto y/o la dignidad de la persona”, detalló el funcionario.

El nuevo Código Civil. Establece: “No pueden inscribirse más de tres prenombres, apellidos como prenombres, primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos; tampoco pueden inscribirse prenombres extravagantes”.

Determina que “pueden inscribirse nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas”, y permite que los hijos lleven el apellido del padre o de la madre, con acuerdo de los padres. Y si quieren pueden llevar el de los dos".

En la provincia de Buenos Aires ya hay 25 bebés con apellido materno seguido del paterno, con inscripción autorizada por el Registro provincial de las Personas, antes de la reforma del Código Civil.

En los 450 registros registros civiles y en las casi 70 delegaciones que funcionan en maternidades ya no se pedirá que el nombre del recién nacido denote sexo y para los extranjeros sólo se solicitará que se pueda pronunciar.

Si bien el criterio es cada vez más amplio, la dignidad de la persona es lo que se intenta preservar desde el Estado a la hora de autorizar un nombre nuevo, y entre los que no cumplieron ese requisito fundamental en estos últimos años figuran “Agua” para nena, “Fox” para varón, “Pinta” para nena.

Entre los que se agregaron están Yuthiel, Sira, Irlanda, Marella, Lain, Hiel, Liron, Cosentino, Wassib, Ahren, Uziel, Unai y Sur. Y algunos que hace referencia a países y ciudades como Roma y Armenia.