Un golpe a las instituciones


"Hay que prender velas y rezar”, advierte María Kosinovic, presidenta del Consejo Escolar de Lomas de Zamora. Cualquier lector desprevenido creería que hace referencia a un posible cataclismo o amenaza que tiene a las escuelas como blanco. No y sí. No está anunciando ningún terremoto o calamidad, pero sí su temor ante una sucesión de hechos que viene repitiéndose en el Conurbano bonaerense y que preocupa a toda la comunidad educativa: los actos de vandalismo.

La embestida en los espacios públicos es una constante en la región. Y ya no sólo incluye pintadas y destrozos en edificios, plazas y monumentos, sino también algo mucho más sensible y grave: la agresión directa a las instituciones, aquellas que sirven de contención y que son uno de los pilares más importantes de cualquier sociedad.

Pero el ataque no se reduce a la fachada de los establecimientos educativos, sino que va más allá: cerraduras forzadas, puertas violentadas, ventanas rotas y aulas saqueadas por completo son algunas de las tristes postales que se ven con frecuencia en escuelas de la región.

Las autoridades sostienen que cada fin de semana largo empeora las cosas. “Vemos esto con muchísima preocupación, sobre todo cuando hay feriados o días sin actividad, cuando tienen más tiempo para entrar a la escuela que quieran”, alerta Kosinovic.

Lo preocupante de estos hechos violentos es que, paradójicamente, suelen estar cargados de saña contra instituciones que, por su carácter público, nos pertenecen. Por caso, en sólo una semana la Escuela Nº 9 de Burzaco fue robada tres veces el mes pasado. Además de llevarse todos los objetos de valor que encontraron a su paso -como reproductores de dvd, computadoras y equipos de laboratorio- en el último de los asaltos los responsables provocaron destrozos innecesarios en el lugar y robaron documentación.

El aumento de la seguridad en torno a las instituciones y la colocación de alarmas en los edificios ya están en marcha. Aun así, son varios los que se preguntan qué hacer ante este flagelo, que habla de valores trastocados en una sociedad que pareciera ya ni cuidar lo que es suyo.



La triste realidad en las escuelas.No hay certezas de comienzo de clases en escuelas destruidas por vandalismo” –Nota de Info Región del 22 de febrero de 2014

“Saquearon y destruyeron una escuela en Fiorito”- Nota de Info Región del 27 de marzo de 2015.

“Alarma por nuevos saqueos en escuelas de Lomas de Zamora” Nota de Info Región del 10 de mayo de 2015.

En los medios se dan a conocer usualmente noticias de esta naturaleza, a medida que las denuncias salen a la luz. En su gran mayoría, los hechos ocurren en instituciones de gestión pública. No obstante, esta es sólo la punta del iceberg.

“En general todos los fines de semana, sobre todo los largos, estamos teniendo entre uno y dos casos de escuelas que sufren hechos vandálicos o robos. La verdad es que la situación es preocupante”, indica el presidente del Consejo Escolar de Esteban Echeverría, Pablo Monserrat. “No es algo nuevo, desde el año pasado que esto viene ocurriendo”, asegura.

En Lanús, durante el receso de verano y los fines de semana extendidos se volvieron recurrentes estos ataques a colegios, según indica el presidente del Consejo Escolar, Roberto Crovella. “Aproximadamente, en lo que va del año fueron unas cuatro o cinco las escuelas atacadas”, señala, y apunta el caso singular de la Escuela Nº 77, de Villa Caraza, que “prácticamente sufre ingresos continuos y roturas por parte de gente que va a hacer maldades”.

El lugar tiene rejas de protección que, sin embargo, son “sacadas y hasta robadas”. “Hemos cambiado varias veces las rejas y ahora estamos solicitando la realización de un muro, porque ya no sabemos de qué forma contener esa situación. Es el hecho más particular del distrito”, sostiene Crovella.

La preocupación es generalizada y los hechos suelen tener las mismas características en distintos puntos de la región. Llama la atención como desde algunas instituciones, como el Nacional de Adrogué, se movilizan en pos de mejoras edilicias (ver “Piden la emergencia…”), mientras que en otras son miembros de la propia comunidad los que las destrozan.

“Lamentablemente es una situación que se vive constantemente, tanto en este distrito como en otros”, remarca el titular del Consejo Escolar de Almirante Brown, Leonardo Herrera.

Y subraya que “para tratar de evitar estos hechos de inseguridad, se está llevando adelante la instalación de alarmas en las escuelas”. “De esta manera, se reducen un poco este tipo de casos”, asegura.

¿Por qué la violencia? “No robarás”, es el séptimo mandamiento de la ley divina. Aunque resulte dañino e inentendible el accionar de estos grupos que se apoderan de herramientas e insumos destinados a la educación de todos, algo que llama aún más la atención es la agresividad con la que también atacan a instituciones que, por ley ya no divina, pero sí civil, les pertenecen.

“No sabemos de dónde proviene esa actitud, pero entendemos que es gente cercana a la zona”, sostiene Crovella y apunta: “La escuela era un lugar emblemático, como los centros de salud, que inspiran respeto. Pero parece que estos espacios ya no son sagrados y que pueden ser perpetrados sin medir los daños”.

En esa misma línea, el sociólogo Federico Román opina que “históricamente los establecimientos educativos han sido un lugar ‘sagrado’, al cual se respetaba”. “Hoy existe un cimbronazo de valores sociales que hace que ciertos sectores vean a la escuela como un blanco más para conseguir objetos de deseo de la sociedad de consumo”, indica.

“Incluso para muchos, sin distinción de clase social, la escuela también puede representar un ámbito de opresión y de autoridad, al cual buscan oponerse. Si bien estas instituciones hoy en día funcionan como contención para los chicos, a muchos de ellos les resulta difícil integrarse y cumplir con los requerimientos actitudinales y educativos que se necesitan para mantenerse en el sistema”, sostiene Román.

Monserrat coincide en que “el tema de fondo tiene que ver con lo social”. “Nadie puede estar en contra de la escuela como institución. Pero, lamentablemente, la vez pasada a una institución le robaron todo el equipo del comedor y muchos chicos se vieron perjudicados. En muchos casos son hechos vandálicos, de gente que sólo entra a romper algo”, relata el titular del Consejo Escolar.

De la misma forma, el presidente del Foro de Seguridad de Temperley-Turdera, Eduardo Fuentes, opina que “estos casos tienen una misma causa, que es el deterioro del tejido social por distintas razones, ya sea por falta de trabajo, recursos, consumo de droga, etc”.

A su vez, le llama la atención que “no solamente se entra a robar, sino también a destruir”. “Creo que este fenómeno evidencia una problemática social difícil. El que entra a romper muestra una especie de resentimiento, puede ser bronca porque no puede o no pudo llegar a la educación, porque si no, no se explica que destruya una escuela”, señala.



Fomentar la pertenencia. La primera medida que tomaron las autoridades educativas de la región ante la problemática fue la instalación de alarmas. No obstante, esa determinación no parece haber sido suficiente. De hecho, en marzo la Escuela 98 de Villa Fiorito fue saqueada y destruida por intrusos que ingresaron luego de forzar la puerta de acceso con herramientas y destruir la alarma, que comenzó a sonar apenas se accionó el picaporte.

Es por eso que se optó, también, por trabajar en una política de concientización que fomente la idea de que estos actos de vandalismo atentan contra toda la sociedad.

“Lo que tratamos de hacer es un trabajo de sentido de pertenencia, de cuidado de las instituciones educativas, hablándolo con los papás, las cooperadoras y los chicos. Porque, en general, las situaciones que se dieron en nuestro distrito tienen que ver con alumnos de la misma institución o familiares de los chicos que asisten a ellas”, sostiene Monserrat.

Por este motivo, en Echeverría buscan “fomentar el sentido de pertenencia y hacerles entender que, si algo se rompe, los que se perjudican son ellos”. “Hay que entender que la escuela es parte de la comunidad y hay que cuidarla. Es una parte activa del barrio, y los chicos y los papás tienen que hacerla parte de sí, esa es la mejor herramienta que encontramos para concientizar”, manifiesta el presidente del Consejo.

Asimismo, destaca que realizan jornadas solidarias con el mismo objetivo. “Cuando los papás se acercan a la escuela a colaborar, los chicos valoran todo un poco más. Saben que sus padres estuvieron un domingo pintando una pared o contribuyendo de alguna manera luego de haber trabajado toda la semana y eso lo ven”, sostiene.

En cuanto a los daños sufridos por los colegios, Crovella resalta que desde el Consejo Escolar de Lanús debieron refaccionar varias escuelas. “Todo lo que sea edilicio se arregla, pero perdemos los recursos de Provincia por actos que no debieran ocurrir”, apunta. “Lo mismo sucede cuando se sustraen cosas que han sido provistas por Nación, como netbooks o aulas digitales, televisores y videos. Nosotros, con denuncia de por medio, solicitamos la renovación del equipamiento”, afirma.

Desde el Foro de Seguridad Temperley-Turdera, en tanto, hace dos años se presentó un proyecto para crear la figura del sereno escolar. “Esto significa que el padre de algún alumno, que esté desocupado, se quede en la institución desde las 19 hasta el otro día, ya que es la franja horaria en la cual se dan estos problemas”, explica Fuentes.

Finalmente, el proyecto no prosperó porque “no hubo acuerdo sobre el salario del sereno”. “Quizás hoy se pueda pensar algo similar y tomar alguna medida, ya que son hechos lamentables y de todos los otros sistemas que se fueron implementando, como cámaras o alarmas, no funcionó ninguno”, señaló.

Es triste que aquellos riesgos a los que estábamos expuestos en la vía pública se hayan trasladado a instituciones que, históricamente, han sido veneradas y cuidadas por la sociedad en general. También que sean parte de esa misma sociedad, que se ve perjudicada, los responsables de estos actos de vandalismo, que no sólo dañan un edificio desde lo material sino también en lo más profundo de su simbolismo, hiriendo la enseñanza que se imparte en su interior para ayudarnos a ser mejores personas.