Nueva muestra de Fe: Lomas celebró el Corpus Christi


La Plaza Libertad de Lomas de Zamora fue la sede de una nueva ceremonia del Corpus Christi, a la cual asistieron cientos de creyentes que se acercaron de todos los partidos de la zona.

Familias enteras, grupos de amigos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, todos reunidos por el sentimiento de fe y predispuestos a formar parte de una de las festividades más multitudinarias de la Región.

Organizada por la Diócesis de Lomas de Zamora y presidida por el Obispo Jorge Lugones, la jornada tuvo como misión principal la “veneración pública de la solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor”. La consigna: “Caminando hacia una Iglesia abierta, solidaria y misionera”.



La misa en la plaza. Desde el mediodía comenzaron a juntarse algunos grupos de personas y para las 15 la Plaza Libertad ya estaba repleta de fieles pertenecientes a las cuatro zonas pastorales que conforman la Diócesis, las cuales se distinguen entre sí por un color: Lomas de Zamora (naranja); Almirante Brown, Presidente Perón y San Vicente (amarillo); Ezeiza y Esteban Echeverría (azul) y La Rivera (verde).

Los colores, las insignias de las distintas parroquias; el repiqueteo de los redoblantes y los rezos cantados; los aplausos, risas y gritos: todos elementos que pintaron un escenario inmejorable en una tarde en la cual “ni la humedad ni la lluvia pudieron apagar el entusiasmo”.

El discurso que el obispo Lugones pronunció durante la tradicional misa en la plaza interpeló, principalmente, a los jóvenes, al igual que el mensaje del Papa Francisco. La exhortación fue clara y resonó en todos los corazones de los presentes: “Jóvenes, necesitamos más corazones generosos”.



La fiesta se trasladó a las calles. Luego de la misa se dio lugar a la procesión hacia la catedral Nuestra Señora de la Paz –ubicada en Sáenz 438-. La postal era memorable: una multitud siguiendo la caravana encabezada por el obispo, acompañados por un camión en cuya parte trasera viajaba un grupo de musical que interpretaba canciones que todos entonaban con regocijo.

Mientras tanto, los obispos auxiliares pasaban por las casas bendiciendo y saludando a los vecinos que se asomaban curiosos al ver las calles repletas de fieles.

Jorge Vázquez, uno de ellos, resumió en pocas palabras la experiencia que se vivió en la celebración del Corpus Christi: “Es algo muy hermoso sentir al pueblo que camina, que quiere luchar por la paz, la justicia y la familia”. Y agregó: “Nosotros, como cristianos buscamos que todos seamos hermanos”.