El Papa advirtió un "clima de guerra" en el mundo


El Sumo Pontífice lamentó: "En nuestro tiempo, el deseo de paz y el compromiso por construirla contrastan con el hecho de que en el mundo existen numerosos conflictos armados. Es una especie de tercera guerra mundial combatida 'por partes'; y, en el contexto de la comunicación global, se percibe un clima de guerra".

"Hay quien este clima lo quiere crear y fomentar deliberadamente, en particular los que buscan la confrontación entre las distintas culturas y civilizaciones, y también cuantos especulan con las guerras para vender armas. Pero la guerra significa niños, mujeres y ancianos en campos de refugiados; significa desplazamientos forzados; significa casas, calles, fábricas destruidas; significa, sobre todo, vidas truncadas", prosiguió.

La misa. Francisco, que llegó ayer a la "Jerusalén de Occidente", ofreció la Misa en el Estadio Olímpico, el mismo lugar donde lo hiciera Juan Pablo II en 1997; ante 65.000 personas.

Sólo que en 1997, a diferencia de los 30 grados que hoy obligaron a algunos fieles a ser asistidos, la llegada del papa polaco desató, literalmente, una inesperada tormenta de nieve que marcó el regreso, por primera vez desde el inicio de la guerra, de miles de croatas a Sarajevo.

El estrado desde donde Francisco ofició la misa estaba dominado por un robusto crucifijo, una campana de 320 kilogramos y una silla tallada en nogal, todo elaborado por artistas y artesanos bosnios y croatas.

Es un país de mayoría musulmana, fe que profesa casi la mitad de sus 3,8 millones de habitantes, los serbios cristianos ortodoxos son cerca del 40%, los croatas católicos un 10%, y el resto son judíos y otras minorías. En Sarajevo, un 80% de la población son musulmanes.

Francisco instó a musulmanes, ortodoxos y católicos de Bosnia a dejar atrás la "barbarie" de la guerra y trabajar juntos por un futuro de paz, a 20 años de la devastadora guerra de los Balcanes.

"Nunca más la guerra". Sarajevo fue hace 20 años escenario de la guerra entre los bosnios musulmanes, los serbios ortodoxos y los croatas católicos.

Entre 1992 y 1995 murieron unas 100.000 personas en Bosnia. Muchas zonas de la ciudad quedaron devastadas y tan sólo allí murieron unas 10.000 personas, casi 2.000 de ellas niños.

"Ustedes lo saben bien, por haberlo experimentado precisamente aquí, cuánto sufrimiento, cuánta destrucción, cuánto dolor. Hoy, queridos hermanos y hermanas, se eleva una vez más desde esta ciudad el grito del pueblo de Dios y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad: ¡Nunca más la guerra!", demandó el Santo Padre en una ciudad y un país a los que describió "con un significado especial para Europa y el mundo entero".

"Sarajevo y Bosnia-Herzegovina tienen un significado especial para Europa y el mundo entero. Esta ciudad ha sufrido tanto por los sangrientos conflictos del siglo pasado y ha vuelto a ser lugar de diálogo y pacífica convivencia" destacó Francisco al llegar a la ciudad europea.

En la denominada "Jerusalén de Europa", el Sumo Pontífice hizo hincapié en que su papel "requiere construir siempre nuevos puentes y restaurar los ya existentes, para que las graves heridas del pasado reciente se puedan curar".

En ese contexto, alentó "la colaboración de la Comunidad internacional, de la Unión Europea y de todos los países y organizaciones presentes en este territorio para impulsar cada vez más los progresos ya alcanzados", dijo tras ser recibido por el arzobispo de Sarajevo, cardenal Vinko Puljic, el Nuncio Apostólico Monseñor Luigi Pezzuto y el miembro croata de la presidencia, Dragan Covic, en representación de la presidencia tripartita Bosnia-Herzegovina.

Francisco retornó a Roma por la noche y hoy mantendrá, en el Vaticano, un encuentro con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.