A 60 años del bombardeo, Arcuri pidió "Nunca Más"


Por Antonio E. Arcuri

Se cumplen hoy 60 años de uno de los días más tristes de la Historia Argentina. Seis décadas atrás aviones de la Marina de Guerra y de la Fuerza Aérea bombardearon Plaza de Mayo con el objetivo de destituir el gobierno democrático y asesinar al General Juan Domingo Perón, por entonces seriamente enfrentado, a buena parte de los empresarios más poderosos y a sectores reaccionarios de las FF.AA.

El descabellado ataque ocurrió en horas del mediodía, cuando la plaza más importante del país se hallaba concurrida por cientos de personas, algunos eran militantes del justicialismo, pero la gran mayoría eran circunstanciales transeúntes o pasaban por allí a bordo de autos, tranvías o colectivos.

Estremece imaginar, tan solo por un segundo, el infierno de bombas y metralla que descerrajaron sobre hombres, mujeres y niños indefensos aquellos cuarenta aviones lanzados sobre el corazón de la República.

Cuesta entender qué clase de odio pudo anidar en el espíritu de los aviadores para descargar su fuego sobre un sitio histórico atestado de inocentes. Aún hoy es incierto el número de víctimas y si bien se reconocen 355, algunos hablan de que llegaron a ser unas 800 personas las que encontraron la muerte de la manera más absurda.

Fueron tiempos de intolerancia y de violencia; tiempos que abrieron más y más brechas en la sociedad argentina. Tuvieron que pasar 30 años -con la llegada de la Democracia en 1983- para que las tempestades que desataron aquellas aciagas jornadas comenzaran a encontrar el camino de la legalidad y el estado de derecho.

Recordar aquella tragedia seis décadas después permite reflexionar sobre la condición humana y evaluar hasta dónde el uso irracional de la fuerza puede generar heridas que jamás se cerrarán.

La Democracia argentina, ese sistema de convivencia que tanto nos ha costado consolidar, puede decir con certeza Nunca Más a hechos como estos, Nunca Más a la violencia entre compatriotas.