Condenaron a un hombre a 30 años de prisión


Uno de los casos es el de Ana Paula de Haxthausen, de 27 años, quien el 15 de octubre del 2013 desapareció por 16 horas y fue hallada por la policía, a la que manifestó que fue secuestrada y abusada por un hombre.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2, integrado por los jueces Eugenio Casas, María Eloísa Errea de Watkins y Claudia Fortunatti, condenó a Juan Martín Ferreyra, quien no se encontraba presente en la sala de audiencias.

Durante los alegatos, el fiscal de Delitos Sexuales Mauricio del Cero había solicitado una pena de 50 años de prisión al calificar los hechos como privación ilegal de la libertad agravada en concurso real con abuso sexual con acceso carnal reiterado" contra la primera mujer y "privación ilegal de la libertad agravada en concurso real con abuso sexual con acceso carnal reiterado (cuatro episodios)", en el caso de Haxthausen.

Los jueces consideraron en la resolución que Ferreyra "es peligroso para sí y para terceros y que las pericias determinaron que se trataba de un sujeto sin control de los impulsos, sin sentimientos de culpas, remordimientos, antisocial y agresivo".

"La modalidad de la acción al valerse para lograr su cometido de torturas físicas y psicológicas a la que se sometió a sus víctimas más allá del terror infundido y la larga privación de su libertad las hizo embarrar, mojar, morir de frío, pasar hambre, sed, las enloqueció y a una la obligó a drogarse", indicaron los jueces en el fallo.

Según la causa, Haxthausen fue interceptada el 15 de octubre del 2013 a las 20.30 horas por Ferreyra

en Zelarrayán al 1000, y tras engaños y amenazas le dijo que tenía un arma de fuego y que la iba a usar de escudo humano porque lo perseguía la policía.

Tras recorrer varias cuadras a pie y llegar a Alem y Camino Sexquicentenario, en las afueras de la ciudad, el hombre abusó de la joven en un descampado, en dos oportunidades.

Luego, y según la causa, la maniató con los cordones de las zapatillas, la mantuvo de rehén hasta que la obligó a caminar hacia otro sector, donde se escondieron y durmieron.

Al día siguiente, Ferreyra volvió a abusar de la joven en otras dos oportunidades hasta que poco después la liberó y escapó.

Poco después, la policía encontró a Ana Paula, quien les manifestó que había sido secuestrada y abusada por un hombre.

"Estoy conforme y era lo que esperaba", dijo Ana Paula a Télam tras el veredicto, visiblemente emocionada.

Por su parte Enrique, el padre de la joven, afirmó que "esperaba esta pena o más, tenía confianza en éstos jueces y en la Justicia".