“Estamos consternados por la masacre de Orlando”, dijo Macri


Por lo menos 50 personas fueron asesinadas y otras 53 resultaron heridas cuando el joven de 29 años, Omar S. Mateen, entró a la disco “Pulse” de la ciudad de Orlando, en el estado de Florida y comenzó a disparar sobre los asistentes con un rifle de asalto semiautomático.

“Estamos consternados por la masacre de Orlando. Acompañamos al pueblo estadounidense y especialmente a las familias de las víctimas y heridos en estas horas difíciles”, señaló el presidente Mauricio Macri en su cuenta de Twitter, al referirse al peor ataque en Estados Unidos desde el atentado que destruyó las torres gemelas de Nuevas York el 11 de septiembre del año 2001.

La milicia extremista del Estado Islámico (EI) asumió la autoría de la masacre, según un comunicado difundido por la agencia de noticias Amaq, vinculada a los yihadistas y reproducido por la página web especializada SITE. Pese a que no se trata de un comunicado directo del EI, la agencia Amaq tiene vínculos comprobados con la milicia y suele adelantarse a los anuncios formales del grupo extremista.

Poco antes de conocerse el mensaje en Amaq, el FBI había informado a la prensa que el atacante, identificado por los medios estadounidenses como Omar Mateen, había llamado por teléfono al 911 antes de iniciar el tiroteo. Durante la llamada, Mateen juró lealtad "al líder del Estado Islámico", mencionó a los dos jóvenes que pusieron una bomba en la recta final del maratón de Boston en 2013 y al primer miliciano estadounidense que se inmoló en Siria, Moner Mohammad Abusalha, oriundo de Florida.

La masacre. El domingo, un hombre abrió fuego dentro del local, tomó rehenes y mató a 50 personas e hirió a 53. El hecho fue calificado como "un ataque terrorista nacional" por las autoridades locales.

Se trata de uno de los tiroteos masivos más sangrientos de la historia reciente en Estados Unidos, un país que ya sumó más de 130 incidentes similares en lo que va del año y unos 325 en 2015, y que se debate constantemente alrededor de la necesidad de imponer controles a la venta de armas.