Las lluvias torrenciales duraron poco pero generaron caos en la Región. Calles anegadas y barrios inundados, la postal de un lunes particular.
Cuando el reloj daba las 13, cayó la primera gota. Luego, una cortina de agua se desplomó y la siguió el granizo. Con el correr de los minutos, las piedras fueron aumentando en su tamaño y obligaron a que los transeúntes buscaran refugio en lugares techados. Incluso, camiones y autos particulares que circulaban por Juan XXIII, a metros del cruce de Lomas, estacionaron debajo de los árboles hasta que el granizo terminó.
En el centro de Lomas de Zamora, en tanto, las personas que fueron sorprendidas por la tormenta debieron cruzar calles con el agua hasta la rodilla. Una situación similar se vivió en Temperley, en inmediaciones de la cancha y el hipermercado.
“Estaba pronosticado, pero no imaginé semejante tormenta”, lamentó una mujer que viajaba a su trabajo y estaba completamente mojada. Un chofer de colectivo, por su parte, bromeaba con los pasajeros y les advertía, entre risas, que no podían subir a la unidad si estaban mojados.
Inundaciones y zonas anegadas por las torrenciales lluvias
