Eduardo Corrado, un lomense lleno de arte y de historia


Eduardo Corrado es vecino de Llavallol, pero es y no es uno más de lo que caminan estas calles del Sur del Conurbano porque lo hace llevando con orgullo toda una historia que lo vincula al arte. Eduardo, que porta magníficos 82, dedicó su vida al teatro y logró destacarse como actor, director y escenógrafo en todo el mundo. Hoy es alumno del programa Universidad de la Tercera Edad (UniTE) de la UNLZ y desde ahí relata los años donde el brillo lo impulsaba siempre a más, consigna que mantiene en este presente.

“El que está en el teatro tiene que ser hombre de teatro: Debe saber arreglar un foco si se rompe, diseñar escenografía, realizarla si se puede e inclusive hasta vender entradas y poner la música”, remarcó ante Info Región con tono amable pero firme, quien es además “escultor, pintor, dibujante, libretista e iluminador”.

Y así ha sido su historia: según el mismo relata, fue el primer escenógrafo de Canal 13, enseñó actuación a Alfredo Alcón (entre otros), actuó en una película de Juan José Capanella y en una novela con Juan Darthés, su ahijado, se desempeñó como director de Cultura de Lomas de Zamora y fue considerado uno de los tres mejores iluminadores del mundo por la revista Lira. Pero en su magnífica y extensa trayectoria éstas son sólo perlas.

El teatro y la vida de Corrado fueron de la mano desde el primer momento: “Cuando tenía seis años –relató el vecino– vino un circo que se instaló en un terreno al lado de mi casa, donde daban teatro, y gran sorpresa de que en una fiestita me pongo a decir de memoria todo el parlamento de una obra: me la aprendí de verla y la repetí palabra por palabra”, cuenta.

Descubierta su vocación, ganó una beca para estudiar en el Teatro Colón y luego continuó durante 35 años en el Teatro Nacional Cervantes. En la década del ’70 obtuvo una beca para estudiar teatro en el Real Colegio de Escenografía de Londres. Allí lo becaron para hacer un curso de perfeccionamiento en Suiza.

Durante su vida, Corrado viajó cuantiosas veces a Europa gracias a sus habilidades en esta rama del arte. El actor inglés Laurence Oliver lo convocó para la obra “Otelo”, de William Shakespeare, que se representó en Londres.

En el año ‘64 fue elegido como escenógrafo de la comedia que representó a la Argentina en el Festival de Teatro de las Naciones en París, Francia.

“Para mí ésa fue una de las cosas más importantes de mi vida”, recordó mientras su rostro denotaba alegría y orgullo. También, durante muchos años ha dado cursos de actuación, iluminación, maquillaje y escenografía en España.

El tiempo no lo ha detenido, actualmente es el director del nuevo Teatro Municipal de Lomas de Zamora y dirige una obra en el teatro de una parroquia de Llavallol. Además, desde hace 40 años es el escenógrafo del Ballet Salta y el año pasado decidió inscribirse en los cursos de italiano del programa UNITE, para poner en práctica su habilidad con aquel idioma.

Eduardo es enérgico, es consciente del peso de su historia y la muestra sin atajos. Camina por los pasillo de UniTE y disfruta de su presente que podrá estar plagado de actividades, pero jamás despojado de esa pasión que corre en las venas y que lo impulsa, que le brinda, sin más, el aire para vivir.

“Me gusta enseñar, actuar y dirigir, me gusta estar en el teatro, yo vivo feliz en un teatro. El teatro profesional lo necesito para vivir, y el independiente me hace feliz”, resume.