La Copa del Mundo que soñó fue una pesadilla para Brasil


En segundo Mundial que organizó en su historia fue aún más traumático que el primero, el realizado en 1950, algo que parecía impensable antes del inicio de la competencia. Lejos del subcampeoneato de hace 64 años, cuando más de 200.000 brasileños sufrieron en Maracanazo a manos de Uruguay, Brasil terminó la Copa del Mundo 2014 con dos goleadas. la última fue ayer, en el partido por el tercer puesto, en el cual Holanda se impuso 3-0. Los europoes se llevaron la medalla de bronce con holgura y el resultado otra vez pudo ser catastrófico para lso dirigidos por Luiz Felipe Scolari. Brasil llega al partido en Brasilia luego de la peor derrota de su historia: el 1-7 ante Alemania en las semifinales.

El partido

Apenas iniciado el encuentro, Robben aprovechó una habilitación de Van Persie para irse derecho al arco y si bien Thiago Silva lo tomó de la camiseta, lo cierto es que fue afuera del área pero él se dejó caer adentro. Fue penal y el cuarto gol para Van Persie en el Mundial. Cuando intentaba recuperarse, Brasil volvió a caer a la lona tras un centro pasado de Georginio Wijnaldum (adelnatado)que David Luiz despejó hacia el medio la pelota le quedó servida a Blind para el 2-0. Brasil inclinó la cancha en busca del descuento, algo que intentaron sin suerte primero Oscar, luego David Luiz de cabeza y por último Thiago.

En el segundo tiempo Brasil tuvo la tenencia de pelota pero careció de ideas y abusó de intentos individuales o centros a ningún destino. La mejor opción fue a los 14 minutos con la entrada por el medio de Ramires, cuyo remate salió muy cerca del palo, mientras que después el ingreso de Hulk desde el banco le dio una dosis de vértigo y un disparo suyo a los 29. Empero, minutos después cayeron a la cruda realidad y la tercera conquista de Wijnaldum a los 45 minutos tras una excelente jugada colectiva, cuándo no iniciada por Robben, les dio un golpe de nocaut a los hinchas, los jugadores y el cuerpo técnico de Brasil.

Una nueva era

El Mundial dejará un prfunda herida en el fútbol Brasileño, que seguramente se someterá a cambios agudos. No son pocos los hinchas que incluso creen que lo mejor para su seleccionado sería contratar un técnico extranjero. Es sabido que Luiz Felipe Scolaro, quien conjunto al Scracht a su quinto título del mundo en 2002, no seguirá al frente del equipo.

Es de suponer que también sean varios los futbolistas que no vuelven a vestirse con la casaca amarilla, al menos por algún buen tiempo. El dolor en Brasil está muy vivo y tardará mucho en cicatrizar.