Conciencia ambiental: una necesidad imperiosa para asegurarnos un futuro


Desde que el hombre se apropió de la naturaleza para amoldar el mundo a sus necesidades y gustos, los ecosistemas sufrieron contaminaciones de todo tipo y pérdida de biodiversidad, entre otras consecuencias negativas. Aunque en principio no había conciencia sobre la gravedad del asunto, hoy el tema está instalado y el triste saldo de no cuidar el medio ambiente, a la vista.

Ciudades copadas de residuos y calles con olores hediondos son el resultado, ya no de la falta de conocimiento, sino de compromiso de aquellos que no se preocupan en cuidar lo que consideran ajeno, sin caer en la cuenta de que en realidad se trata del propio hogar.

El descuido de las ciudades, de los espacios verdes que nos circundan es, en fin, un aporte más a la contaminación ambiental del planeta. Por suerte así lo entienden algunas personas que hacen creer que no todo está perdido.

Algunos son ambientalistas, pero otros tan sólo vecinos con conciencia ecológica que buscan revertir el daño y entienden la importancia de no degradar a la naturaleza, preocupándose por el futuro que le depara a la humanidad.

“El medio ambiente es la vida misma y no sólo algo que puede dar rédito económico. Sin un ambiente sano nos morimos todos, aún los que tienen plata”, asevera Patricia Rodríguez, reconocida en el Senado bonaerense por su lucha en pos de la preservación de la reserva de Santa Catalina, de Lomas de Zamora.

Como ella, muchas personas de la región promueven el reciclaje, la clasificación de residuos y llevan adelante campañas de concientización sobre este tema. Se trata de un compromiso asumido para paliar los daños causados y apuntar a un futuro mejor.



Iniciativas ecológicas. En el Conurbano bonaerense abundan los centros de reciclaje, donde se pueden llevar botellas de plástico, de vidrio, cartones, papeles y otros materiales reutilizables. Esa es la tarea principal de los cartoneros, aunque algunas fábricas también lo hacen, ¿pero por qué deberían ser los únicos?

La campaña “Canje x Cambio” intenta incluir a todos los ciudadanos en esta práctica. Consiste en convocar a vecinos de la zona para que se acerquen con residuos reciclables y, a cambio, se les entrega un plantín o semillas de huerta orgánica con el objetivo primordial de generar conciencia y participación.

El mensaje es claro: aquello que se desecha puede reutilizarse. La entrega de la planta, en tanto, es símbolo de lo que obtenemos con esta conducta: cuidar la naturaleza y, por tanto, el futuro de nuestras generaciones.

Priscilia Pubul es quien organiza la cruzada en Lomas de Zamora, donde se llevan a cabo encuentros una vez por mes. “Teníamos conocimiento de las campañas en Capital Federal y nos parecía que cerraban por todos lados: se generaba un espacio de discusión y educación ambiental, se dignificaba el trabajo de los recicladores urbanos y, al mismo tiempo, se promovía la relación de las personas con las plantas y el alimento”, sostiene en diálogo con Info Región.

Luego de contactarse con los organizadores del evento en Capital, el 28 de diciembre del año pasado se pudo realizar la primera jornada en Lomas, en el Club Para Siempre. “Era época de fiestas, con calor y cortes de luz, pero 60 vecinos se acercaron con sus residuos aquel día”, destaca Priscila.

Una propuesta aún más llamativa es la del “Circo Reciclado”, con su show apuntado a concientizar sobre la reutilización y el medio ambiente a través del entretenimiento lúdico. Y todo nació en un viaje a Nueva Zelanda.

“Es un país que hace 20 años viene reciclando, y nosotros absorbimos mucho conocimiento allí. Empezamos a hacer shows y por suerte nos fue bien, hicimos más de 80 en ocho meses y decidimos movernos para otro lugar. Los repetimos en Uruguay en época de verano y dijimos: hay que hacerlo en casa”, relata Diego Brailovsky, malabarista y payaso de la compañía que realiza espectáculos en zona Sur y Capital Federal.

En principio fueron dos integrantes y ahora son cinco, siempre con la idea de abordar la temática ambiental y dirigirse, principalmente, a aquellos que dan esperanza: los más chicos. “Estamos muy comprometidos en todo lo que es el cuidado del medio ambiente y con ganas de transmitir ese mensaje”, sostiene Diego.

“Reduzco, Reuso, ReCirco”, es el juego de palabras que le da nombre al show, donde el lema principal es “una forma divertida de cuidar el planeta”. “Es el mismo show que arrancó en Nueva Zelanda, pero adaptado a una sociedad que no está informada sobre el reciclaje y la separación de la basura”, cuenta Diego.

Hace tres años, en Lomas de Zamora se dio un paso fundamental con miras a la preservación del medio ambiente. El pulmón verde más importante de la zona, la laguna de Santa Catalina, se convirtió en Reserva Natural luego de cuatro años de lucha por parte de agrupaciones ambientalistas locales.

Nada de esto hubiera sido posible sin la voluntad y conciencia de activistas como Patricia Rodríguez, cuyo empeño en esta causa le valió el reconocimiento de “mujer destacada” por parte del Senado bonaerense.

“Hace aproximadamente 12 años que reciclo en casa, que separo residuos, hago compostaje orgánico y, además, distribuyo lombrices de forma gratuita”, comenta la mujer en diálogo con Info Región.

“Cualquiera que sabe un poco de reciclaje entiende que el trabajo social es lo que más va a costar, pero es muy importante generar conciencia en la gente, porque si no nada va a funcionar en profundidad”, advierte y asevera: “Todos los integrantes de una familia deben saber separar residuos de manera correcta y verlo como algo natural”.

De la misma forma y con paciencia, Estela Araujo adquirió el hábito de reciclar y logró contagiar esa impronta a sus vecinos en el edificio en el que vive.

“Hace seis años empecé a trabajar en una empresa alemana en Capital, y ellos tenían mucha conciencia sobre reciclaje. Para mí era algo nuevo, ya que en otros laburos eso no me había pasado”, cuenta Estela, que luego incorporó la costumbre en su vida diaria: “Comencé a traer a casa botellas o envases para llevar al trabajo y, desde ese momento, empecé a separar los residuos”.

En breve, inició las gestiones con sus vecinos para que ellos hicieran lo mismo. “Ubiqué a un grupo de personas que podía pasar a retirar los residuos y hoy en día tenemos en el edificio dos bolsas, una para los plásticos y los diarios, y otra para el resto de la basura que no se puede reciclar”, explica.

“Es algo que incorporé de inmediato y al cien por ciento. Se trata de limpiar los envases de los productos, secarlos y luego dividirlos. Es un hábito que al menos yo disfruto mucho y forma parte de mi rutina diaria”, cuenta.

Rodríguez, en tanto, expresa su gusto por la naturaleza, pero define a la “auto preservación” como su motor diario. “No tengo hijos, pero sí sobrinos nietos y creo que debemos dejarles un lugar donde se pueda vivir dignamente. Debemos devolverles lo que los adultos les hemos robado y eso me obliga, en el buen sentido, a reciclar”, afirma.



La importancia de cuidar el medio ambiente. Sin medio ambiente no hay forma de obtener los recursos esenciales que el ser humano necesita para sobrevivir. Eso conlleva un gran compromiso, del cual depende la calidad de vida actual y la de las generaciones venideras.

“Es una necesidad esencial. Justamente hace poco vi un cartelito que decía ‘si le parece más importante la plata que el medio ambiente, cuente sus billetes sin respirar’ y me parece que de eso se trata, es una necesidad básica y un derecho imprescindible”, resalta la mujer.

Para Pubul, el reciclaje “no es el punto final, sino sólo un paliativo”, aunque remarca que “sin dudas, es una forma de empezar a concientizar a la gente”. “Las personas tienen interés ya que cada sábado hay más de 80 familias que se acercan a Canje x Cambio. Sentimos que éste es el camino”, sostiene.

En el mismo sentido, Brailovsky opina: “Vamos por buen camino, ya que cada vez encuentro más gente que tiene este objetivo y es reconfortante”. Una de las premisas del Circo Reciclado es “dejar de llamar basura a lo que no es basura”, es decir demostrar que ciertas cosas no son desechables y se pueden reutilizar.

Es que en su show enseñan a separar y reconocer lo que es el plástico, las latas o el vidrio, para así dejar de verlos como basura. “Después hacemos malabares con ellos, lo utilizamos y damos en el final un mensaje que deja pensando a los más chicos: ‘hicimos tantas cosas lindas con esto que decían que era basura… ¿cuántas cosas más se podrán hacer?’”, describe Brailovsky.



Cómo generar conciencia.Al momento de transmitir el mensaje a la sociedad, todos coinciden en dos aspectos: uno es que se predica con el ejemplo; el otro es que resulta necesario apuntar, desde la enseñanza, a las edades más tempranas para inculcar el reciclado como una conducta culturalmente aprendida, cotidiana y natural.

“Lo que uno mama de chico no es lo mismo que lo que aprende a la fuerza de grande y es indispensable que el tema se discuta”, sostiene Pubul y adelanta que uno de los proyectos de Canje x Cambio es realizar visitas a escuelas.

Brailovsky, por su parte, menciona que “desde que toman contacto con las cosas, los chicos tienen que aprender qué hacer con los residuos y tratarlos de forma responsable”. “Nosotros apuntamos a los más pequeños porque sabemos que absorben rápido la información y la transforman muy rápido. El cambio debe ser fuerte, ya que siempre se van a generar resistencias”, advierte.

De la misma manera, Araujo opina que “esta enseñanza tiene que arrancar desde el jardín”. “Explicar que no es basura, sino materia prima”, manifiesta.

Por el bien del medio ambiente, pero sobre todo de aquellos que lo habitamos, resulta esencial un cambio de mentalidad en materia de preservación. Aunque el mismo no implique una militancia abierta, con apenas algunos gestos como no tirar residuos a la vía pública y hacer un trabajo de separación en el hogar, se puede aportar mucho. Y a recordar: aquello que no sirve, puede reutilizarse.