Arslanian: "La marcha se convirtió en un acto antigubernamental"


El jurista y ex camarista León Arslanian aseguró que la marcha organizada por los fiscales para este miércoles, al cumplirse un mes de la muerte de Alberto Nisman, quedó “desvirtuada” porque se convirtió “en una marcha antigubernamental” con el riesgo de “interferir en la investigación” sobre el fallecimiento del ex funcionario judicial.

Críticas a la imputación de Cristina. En una columna publicada hoy en el diario “Tiempo Argentino”, el ex magistrado del juicio a las Juntas Militares, en 1985, también objetó el dictamen del fiscal Gerardo Pollicita, quien abrió la instrucción de un sumario donde imputa a la presidenta Cristina Férnandez de Kirchner, al canciller Héctor Timerman, y a otros dirigentes.

Señaló que “a práctica del requerimiento automático del doctor Pollicita debió abrir paso a un examen más riguroso afín a la naturaleza política del conflicto subyacente que emerge del propio texto de la denuncia de su colega trágicamente desaparecido y de las circunstancias por demás particulares en que éste la formuló”.

Destacó que “el requerimiento de instrucción adquiere, así, una dimensión política extraordinaria, llamando a alimentar el discurso opositor -con el agregado de que se da en plena campaña electoral- y a concederles a quienes lo sostienen ventajas proselitistas, tentación de la que nuestros fiscales deberían sustraerse”.

“En el mismo orden de ideas, debo decir que me parece bien que los fiscales deseen tributar un homenaje a un colega muerto en circunstancias de cualquier modo trágicas”, agregó.

Una marcha desvirtuada. Advirtió que se ha “desvirtuado” el objetivo al convertirse “en una marcha antigubernamental” dado la convocatoria realizada también por un heterogéneo conglomerado opositor.

En ese contexto planteó que “lo malo es eso, porque su rol institucional es otro y se corre el serio riesgo de que con ello (aún cuando no lo desearan) se interfiera en la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman al alimentar el prejuicio acerca de que se trató de un asesinato y no de una decisión fruto de una crisis personal, como lo sugiere hasta ahora la casi totalidad de las evidencias reunidas en el expediente”.

Arslanian agregó que la marcha “parte del presupuesto de un crimen porque para muchos de los que alimentan esa mirada, y han adherido públicamente a ella, es su necesidad política: tendrán así un héroe bajo cuya advocación su prédica llenará vacíos, creará legitimaciones y hasta proyectará liderazgos hasta aquí insospechados”.

"El grave problema que veo en esta materia es que la necesidad desatada por este proceso de dar por cierto un crimen que es probable que no lo haya sido, termine -una vez más- de inscribirse entre los estridentes fracasos del sistema judicial el cual mostrará, así, su ineptitud para esclarecer lo que los medios y el imaginario colectivo tienen ya resuelto, sin tantos miramientos", concluyó.