Donar sangre: un gesto solidario y con compromiso


El hospital Juan Pedro Garrahan recibió, en el último año, alrededor de 13 mil donaciones voluntarias, mientras que el Luisa Cravena de Gandulfo tiene un promedio de 350 por mes. El 14 de junio es el Día del Donante de Sangre, y en ese marco, Info Región consultó a los profesionales de ambos centros de salud la importancia del ser “voluntario” y qué función cumplen los bancos de sangre que reciben y suministran las donaciones.

“No solo sirve para tratar las emergencias que se puedan presentar, sino a los pacientes oncológicos, pacientes con enfermedades hematológicas y bebés recién nacidos que requieren transfusiones de sangre para sobrevivir”, explicó la secretaria de Hemoterapia del Gandulfo, Lorena Fernández.

Es que, por más simple que sea el trámite, cada vez que se dona sangre, aparece la solidaridad y el compromiso con el otro. En este sentido, Fernández consideró que “es un acto fundamental que salva vidas”.

Para hacerlo, es necesario tener en cuenta algunos requisitos: Gozar de buen estado de salud general; tener entre 18 y 65 años; no pesar menos de 50 kilos; no presentar anemia; tener valores de presión arterial dentro de los limites que se consideran adecuados; no haber tenido prácticas de riesgo que faciliten el contagio de hepatitis o VIH/SIDA; no presentar fiebre o haber padecido alguna enfermedad en los últimos siete días y en el caso de tener antecedentes de enfermedades, infecciones o de haber estado bajo medicación, consultar con los médicos.

El rol de los bancos de sangre. El Gandulfo cuenta con un banco de sangre gratuito y público, que no sólo provee a dicho centro de salud sino a los demás hospitales de la región. Tal es la vitalidad de esta entidad que, según planteó Fernández, “sin el Banco de Sangre no podría funcionar el hospital, sino que sería como una salita de primeros auxilios”.

A pesar de reconocer el carácter capital de su función, Fernández señaló que “la mayoría son dadores de reposición, o sea, moralmente obligados”. Y agregó: “No hay un gran número de dadores voluntarios, que son los ideales, sino que hay una relación muy justa entre el paciente-donante”.

Esta realidad se ve reflejada por los números que maneja la institución: “Tenemos un promedio de 350 donantes voluntarios y 500 transfusiones por mes, y lo ideal sería tener un donante por transfusión realizada”, indicó.

El Garrahan también dispone de un banco de sangre propio, el cual recibió en el año pasado un total de 13 mil donaciones voluntarias de sangre, según informó Maximiliano Martínez, uno de los integrantes del área de Promoción de Hematología. A su vez, añadió que “el hospital necesita cerca de 60 donaciones por día para funcionar”.

Martínez se refirió a las tareas que realiza el centro de salud para juntar dadores y comentó que “el año pasado se realizaron alrededor de 280 colectas de sangre externas”; es decir, “se va a buscar a los donantes para romper con los mitos y que forme parte de la vida cotidiana de la gente”.

La educación es el principio de la solución. Si bien algunos hospitales llevan adelante numerosas campañas de colecta, muchas personas siguen sin reconocer cuán importante es la donación voluntaria para aquellos que más lo necesitan. Es por eso que la educación, una vez más, se configura como la herramienta fundamental para fomentarla y cultivar en la sociedad una noción más responsable de la actividad.

En esta línea, Fernández –del Gandulfo- consideró que “la donación de sangre debería estar afianzada desde la educación primaria, así como lo es la educación sexual”. En paralelo, Martínez –del Garrahan- indicó que “lo que hay que fortalecer es la información”.

En el marco de esta intención, el Garrahan llevó a cabo el viernes 5 en el Salón Eva Perón del Palacio Municipal de Lomas de Zamora un Curso de Formación de Agentes Promotores, con el fin de “formar a todas aquellas personas interesadas en poder organizar sus propias colectas de sangre”, detalló Martínez. “La idea fue concientizar sobre la necesidades que tiene un banco de sangre y cómo puede la gente desde su lugar”, completó.

La otra cara de la moneda. En la Región hubo varias experiencias de niños y niñas que recibieron la ayuda de la gente a través de campañas de colecta de sangre.

Uno de ellos fue Juan Alexander, el pequeño de un año que padece leucemia. El 26 de enero, la familia llevó adelante una campaña que “resultó muy bien y superó ampliamente las expectativas”, según apuntó su padre, Juan Carlos Figueroa. “Yo antes no le daba importancia a la donación de sangre, hasta que me tocó vivirlo en carne propia, y es ahí cuando te das cuenta del significado y de cuán necesaria es”, concluyó.

También se puede hacer mención al caso de Jazmín Heredia Calmels, la chiquita que necesitaba un trasplante de médula y recibió la tan ansiada noticia hace una semana. Si bien pudo encontrar su alma gemela, su familia decidió mantener en pie la colecta de sangre que estaba programada para el 18 de julio.

Para su tía, Vanina Geloz, es tan importante la donación “porque es el medio mediante el cual las personas pueden inscribirse en el registro nacional de donación de médula (CPH)”.

Y en referencia a la cuestión de la educación, hizo hincapié en el desconocimiento que tiene mucha gente ya que “algunos piensan que les van a sacar un hueso, que les van a hacer una punción en la médula y los van a dejar paralíticos”. Es por eso que evaluó como “necesaria” la difusión de información para que la comunidad tome conciencia de que una donación responsable y comprometida, salva vidas.