Centros y espacios culturales, en jaque por los tarifazos


El aumento considerable en las tarifas de los servicios básicos como la electricidad o el gas, impacta de forma negativa en hogares, pero también en centros y espacios culturales de la Región.

Es que, al no ingresar en la “tarifa social”, los establecimientos que difunden cultura, brindan talleres o exponen obras de teatro con una organización totalmente independiente y autogestionada se encuentran “en jaque”. Intentan reacomodarse y afrontar una situación que, según describen a Info Región, es “totalmente delicada”.

Aumentos que desestabilizan. Desde el Teatro Ensamble, ubicado en Larrea 350 de Lomas de Zamora, Pablo Cordonet aseguró que el aumento en la factura de luz “es muy fuerte” y que ronda el 200 por ciento. “Nos manejamos con ciertos márgenes y ante cada aumento, nos descoloca muy fuerte”, lamentó.

“Nos está afectando como a todos pero al ser un centro cultural de autogestión es todo cuesta arriba, y todo lo que hace a la economía nacional nos repercute fuertemente y evidentemente el aumento desmedido y salvaje nos pone en un lugar de riesgo”, advirtió en referencia al espacio cultural que nació en 2000.

En igual sentido se manifestaron desde Espacio Disparate, institución desde la que aseguraron que las facturas llegan con “un aumento tremendamente impactante”. “La diferencia en cantidad de dinero nos parte al medio. Estamos al día en todo, no estamos endeudados pero se hace todo mucho más difícil y más duro. Tenemos que poner más de nosotros para generar más espacio en donde pueda quedar un poco más de plata para solventar gastos que cada vez son más caros. Creo que esto va a seguir así”, aseveraron.

Desde El Padilla de Temperley, en tanto, indicaron que pese a que tenían “una infraestructura bastante chica y con poco consumo de luz y gas” sufrieron un aumento “descomunal”. “Tuvimos que ajustar muchísimo los precios porque se nos hace bastante complicado y hasta el momento no encontramos la forma de resolverlo. Tenemos que empezar a usar los servicios activos cuando es indispensable”, señalaron.

En épocas de crisis, el ocio se torna un gasto “innecesario”. Los tres espacios culturales coincidieron que cuando la situación económica no favorece al grueso de la población “lo relacionado al ocio o al arte termina siendo un gasto innecesario”.

Cordonet advirtió que el público general que asiste al lugar es del Conurbano y ante una situación así “la gente lo primero que recorta es el consumo cultural”. “No podemos matar a la gente con los aumentos en los espectáculos y en los servicios que brindamos”, expresó.

En ese sentido, explicó: “Con un gobierno que no apoya estas medidas culturales, estamos tratando de ir a un lugar de ahorro, porque nos manejamos como si fuera nuestra casa”. “Antes prendíamos la luz a las 20 para que el lugar esté iluminado y ahora hasta que no viene gente no la prendemos, y así en todo tratando de economizar en cada aspecto. Al cambiar el paradigma en el país cambió todo, las condiciones se han complicado”, ejemplificó.

Desde Disparate, un espacio que hace poco cumplió 10 años, explicaron a este medio que “el problema no es solamente la quita de subsidios a los servicios generales sino también el cambio político”. “Lo veo en la cantidad de alumnos que tenemos, que son mucho menos que los que teníamos el año pasado y eso lo podemos relacionar a la pérdida de trabajo, los sueldos que no aumentan y la situación de incertidumbre. Lo que se ve es que algunas personas si tienen un poco de plata se la guardan o la usan para comer o pagar los impuestos, y tomar un taller o ver una obra de teatro es algo que queda en segundo plano y antes eso no pasaba”, enfatizaron desde el espacio cultural ubicado en Montevideo 1265, Lanús.

En este sentido, precisaron que se sostienen de forma independiente mediante los distintos talleres y la programación que realizan los fines de semana con distintas propuestas culturales. Advirtieron, asimismo, que en estas primeras semanas del año “hay una gran diferencia en cuanto a cantidad de gente, algunas personas no arrancan, o lo hacen más adelante”.

Mientras que Daniela, desde El Padilla, resaltó la importancia de estas iniciativas culturales e independientes al subrayar que “generan un impacto de compartir y generar vínculos muy importantes para la gente y los vecinos”. Lamentó, además, que “el panorama es de bastante incertidumbre”. “Estamos viendo como seguir y tratar de que no impacte en la gente cualquier suba que podamos plantear. Estoy tocando madera de que esto no se descontrole muchísimo más”, agregó.

Tarifa social. Desde los tres espacios consultados resaltaron a este medio la importancia de que se pueda generar una regulación que ubique a los espacios culturales en la denominada “tarifa social” para poder pagar los servicios de forma subsidiada, tal como estaban antes de los aumentos.

Explicaron que de esa forma podrían organizarse “mucho mejor” y generar instancias de inversión para que cada uno de los lugares crezca y no tenga que estar pendiente de llegar a fin de mes.