Electrodependientes: “Este es un caso de vida o muerte”


El reclamo continúa y el peligro persiste. Para los electrodependientes, un corte de luz puede ser mortal. Lautaro Jardinez, de 7 años, tiene encefalopatía crónica no evolutiva y usa Asistencia Respiratoria Mecánica para poder vivir. Entre el jueves y el viernes pasó un día entero sin suministro eléctrico, y ante la posibilidad de nuevos cortes la situación ya es “desesperante”.

La pesadilla, que ya es “figurita repetida”, comenzó a las 16 del jueves. De inmediato Marcela Gomes, la mamá de Lautaro, hizo el reclamo -el primero de muchos, que se acumularon durante las 24 horas que no tuvieron electricidad- pero “no hubo ninguna respuesta” ni tampoco apareció una cuadrilla para lo que Edesur considera “clientes sensibles”, según la mujer.

A pesar de que existe la Ley de Electrodependientes, que debería protegerlos y ampararlos ante los frecuentes cortes de luz que se dan en la zona, la familia denunció que nunca recibió el grupo electrógeno que les corresponde de manera gratuita, y tuvo que comprar uno para afrontar la situación. “Hicimos una rifa para comprarlo porque no se puede estar así, él corre riesgo de vida”, explicó Marcela.

“La ley la tienen dibujada. Costó un montón conseguirla, y ellos la guardan en un cajón”, cuestionó. Edesur “ni siquiera llamó para ofrecer nafta para el equipo”, y la familia tuvo que gastar “más de 700 pesos” en combustible.

La falta de luz no es una cuestión menor para los electrodependientes. En el caso de Lautaro eso implica, por un lado, tener que reemplazar el concentrador de oxígeno que utiliza siempre por un tubo, que “es dañino” para él. Además, debido a su daño neurológico, no regula la temperatura corporal. “El jueves con el calor tenía la frecuencia cardíaca muy alta, y lo sufre, no es como nosotros que nos podemos meter en la ducha”, explicó su mamá.

Marcela, en el último mes, presentó junto con la Asociación Argentina de Electrodependientes, de la que forma parte, dos notas en Edesur, pero “no hubo respuestas”. En ellas pidieron “la urgencia de las cuadrillas ante estos casos, que son de vida o muerte”, contó, y resaltó que “hay un desinterés total” por parte de la empresa. Mientras tanto, Lautaro, como tantos otros niños y adultos electrodependientes, sigue a la espera de que sus reclamos sean escuchados.

MJ de la Redacción de Info Región