Electrodependientes: el calvario de los cortes de luz


Alexis Correa tiene 9 años. Cuando nació, la falta de oxígeno le provocó parálisis cerebral. Por eso necesita de una bomba de alimentación, que lleva baterías, para poder comer cada cuatro horas. Entre el jueves y el sábado últimos, el pequeño padeció la ausencia de energía eléctrica en su casa Monte Chingolo.

Según relata su mamá, Edesur ni siquiera les envió una cuadrilla para intentar solucionar el problema, mientras que la familia esperaba por un grupo electrógeno que nunca llegó.

Su historia es similar a la de otros cientos de niños y adultos electrodependientes, que sufren las fallas e interrupciones del servicio de forma recurrente, como Joaco, de 4 años y Lautaro, de 7, que además es su vecino y también sufrió el corte.

“A veces uno quiere bajar los brazos, pero le vuelve a poner pilas. Es una lucha constante, y hay mucha burocracia con el tema de la discapacidad”, resalta la mamá de Alexis, Elena Agüero.

El sábado por la noche, después de casi tres días de idas y vueltas para cargar la bomba de alimento, la familia del chico decidió pagarle a un vecino para que los cambie de red, y así poder tener luz. Es que las baterías del aparato duran sólo tres horas, y sin ninguna respuesta a los numerosos reclamos que Elena realizó ante la prestadora, la solidaridad de los vecinos y el resto de los familiares fueron la única salida.

“Terminábamos un pasaje de alimentación y teníamos que estar yendo a otros lugares con luz para cargarla”, señaló la mujer advirtió que está “cansada” de hacer reclamos.

“Me dijeron que Edesur iba a traer un generador. Pero nunca lo trajeron y tampoco se acercaron a resolver el problema”, cuestionó la mujer.

Si bien la Asociación argentina de Electrodependientes tiene registrado a Alexis en su lista, la familia todavía no hizo el trámite para que figure en el registro oficial a nivel nacional por problemas en su conexión eléctrica, por lo que todavía esperan los beneficios que le corresponden en cumplimiento de la Ley de Electrodependientes.

Al margen, Elena planteó los problemas persistentes que tiene con su obra social, que “denegó la entrega de mediación, recursos como jeringas que usa todos los días y una silla didáctica que necesita para ir a la escuela”, entre otras cosas.

“Nosotros, los padres, somos los que tenemos que andar detrás de todo esto. Cada vez me cuesta más hacer las cosas, pero todos los días le pongo garra para seguir adelante, para hacer valorar los derechos de mi hijo”, señaló la mujer.



MJ de la Redacción de Info Región