Comedores y merenderos, espejos de la crisis

Afirman que es “cada vez más difícil” poder alimentar a las familias necesitadas que, según aseguran, son cada vez más.

refuerzo alimentario

La realidad económica que está atravesando el país siempre afecta primero a los que menos tienen. A raíz del fuerte aumento de las tarifas y el incremento de los precios, que se suma a la desocupación creciente, muchas familias tuvieron que comenzar a acudir a comedores y merenderos para poder alimentarse.

El “Comedor de Julia” de Lanús Oeste se encuentra en Grecia 4580, en el barrio San José Obrero de Villa Caraza, y ayuda a “cientos de familias” todos los días. Julia Rodríguez, referente del comedor, explicó que hoy son 500 personas las que se acercan al lugar para retirar su vianda, cuando en otro momento cocinaban, como máximo, para 200 personas. “Es un momento muy difícil porque hay mucha de gente desocupada o que no le alcanza la plata para poder comer. Hay vecinos que jamás se habían acercado al comedor y hoy están viniendo”, expresó en diálogo con Info Región. “Juntamos cartón y lo vendemos, cocinamos a leña, hacemos lo que podemos”, admitió.

Desde el Comedor de Julia sienten “mucha bronca” por tener que decirles, en algunas ocasiones, a los que más lo necesitan que no tienen “con qué cocinar” o que tienen que “reducir las porciones para que cada familia se lleve un poco”. “Si sostenemos esto es porque sabemos que hay muchas personas que no tienen para comer y porque hay un montón de amigos que nos apoyan con sus donaciones. Queremos agradecer a todos ellos, por seguir acompañándonos, mientras las políticas de ajuste y abandono no dan marcha atrás”, apuntó.

Por su parte, David Díaz, integrante de la organización social Martín Fierro, que colabora con algunos merenderos del barrio San José, mostró su preocupación por el aumento de la cantidad de personas que tienen la necesidad de acercarse para poder tener un plato de comida.

Admitió que esto se convierte en una dificultad porque estos espacios reciben menos donaciones, debido a que “mucha gente ya no puede donar como antes”. “La situación es terrible. Los lugares se abastecen con las donaciones de la gente pero cada día es más complicado”, explicó.