Violento desalojo a trabajadores de SIAM

Fue esta madrugada por orden del juez Luis Carzoglio. Mantenían un acampe frente a la planta de Avellaneda.

“No a la represión en SIAM, los trabajadores seguimos en lucha”, señala el comunicado de los trabajadores de SIAM, quienes durante la madrugada sufrieron un violento desalojo en manos de la Policía de la provincia de Buenos Aires, por orden del juez Luis Carzoglio.

Se vivieron momentos de tensión. “La Policía Bonaerense bajo órdenes del juez  Luis Carzoglio nos desalojó violentamente junto a nuestras familias y vecinos del acampe pacifico que manteníamos frente a la fábrica. Nos tiraron balas de goma incluso adentro del barrio, gases y palazos hiriendo compañeros y personalidades que nos vinieron a apoyar solidariamente”, señalaron.

Reclamaron que la UOM llame a un paro “contra la represión y contra los despidos”. Este sábado volvieron a manifestarse frente a la planta de Avellaneda. “No vamos a bajar los brazos y esta lucha sigue con más fuerza”, advierten.

El desalojo comenzó pasadas las 21, pero los momentos de tensión se vivieron durante la madrugada, cuando se utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los trabajadores en plan de lucha y los que se acercaron para  solidarizarse con la situación. Dirigentes de izquierda –entre ellos Nicolás del Caño, Myriam Bregman y Luis Zamora- se acercaron para evitar la violencia pero también fueron atacados.

“Actúan durante la noche”, advirtió Roberto Baradel, dirigete de  la CTA y Suteba, al advertir el desalojo violento; mientras que Cecilia Moreau, del Frente Renovador, recordó que “así actuaban los milicos”.

Trabajadores de la planta de Avellaneda denuncian que se quedaron sin trabajo tras denunciar que la multinacional Newsan estaba “llevando adelante un plan de ajuste con suspensiones y reducción de gran parte del salarios”. “El destino de la fuente de ingreso de 20 familias está en juego. Ya han despedido a 85 compañeros con retiros voluntarios truchos y han despedido al plantel de contratados. Queremos un freno a estos ataques y poder ingresar a nuestros puestos de trabajo”, reclamaron hace algunos días.

La planta, que llegó a tener casi 500 operarios, funciona actualmente con cerca de 60 personas que permanecen en la producción con policías alrededor de ellos desde la semana pasada.