Standalone, la liga donde jugará la economía argentina

Es una categoría reservada para países con un “severo deterioro” de la apertura para las inversiones, transparencia, tensiones políticas, mercados pequeños y economías pobres y sin regulaciones adecuadas.

La reclasificación por parte del MSCI de la Argentina desde la categoría de país “emergente” a “standalone” suma otro motivo de alarma y preocupación en los mercados locales en una economía que no para de sumar malas noticias.

Si bien la persistente recesión y el aumento de las regulaciones de la economomía doméstica hacían prever un descenso de mercado “emergente” a mercado de “frontera”, desbarrancar hasta el subsuelo del índice fue una mala sorpresa.

MSIC es el acrónimo y nueva denominación de Morgan Stanley Capital Internacional, una corporación que realiza índices globales para analizar y ponderar los mercados y sus perspectivas por lo cual funcionan como un indicador de referencia a la hora de orientar los flujos de inversiones, especialmente las realizadas por los fondos de pensión que administran los aportes previsionales de los países desarrollados.

En términos concretos, si un inversor busca un destino donde colocar su capital siguiendo la ponderación de MSCI, hasta hace un par de días hacerlo en Argentina presentaba un riesgo comparable a decidir radicarlo en México, Colombia, Chile, o en los viejos BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), economías que pueden ser robustas pero que presentan índices más frágiles en materia de integración social o institucionalidad.

Si tal como se preveía, la economía local hubiera pasado a ser “de frontera”, el país se habría emparejado con Islandia, Letonia, Estonia, Croacia, Serbia, Rumania, Túnez, Marruecos, Kazajistán, Omán o Vietnam,

Pero MSIC decidió “standalone”, y, ahora Argentina, en la consideración de muchos inversores globales es similar a la Ucrania desmenuzada por Rusia, la Palestina y el Líbano azotados por guerras civiles, o a las desconocidas Zimbabwe o Botswana, el país cuyo escudo implora “pula” que no es otra cosa que lluvia en idioma bantú.

La definición de standalone

La categoría de standalone se otorga a dos tipos de países: los países que recién se incorporan al índice MSCI, por podrían ser Corea del Norte, Venezuela o Kosovo, y las que vieron rebajada su calificación. En ambos casos, se trata de un estándar reservado para países con un “severo deterioro” de la apertura para las inversiones, la transparencia de su administración, tensiones políticas, mercados de capitales pequeños y economías pobres o que carecen de regulaciones adecuadas.

“Estos mercados deben demostrar una relativa apertura y accesibilidad para los inversores extranjeros y que no están atravesando un período de extrema inestabilidad económica o política”, tal como define el MSCI a la categoría, que desde ahora incluirá al mercado argentino.

En ese sentido, Craig Feldman, integrante del Comité de Políticas del Índice MSCI explicó que “desde septiembre de 2019, los inversores institucionales internacionales han estado sujetos a la imposición de controles de capital en el mercado de renta variable de Argentina”. Es decir desde la restricción cambiaria instaurada por el entonces presidente Mauricio Macri.

Fue esa decisión la que hizo que el MSCI ponga el caso argentino -que en ese momento había logrado ascender de mercado de frontera a emergente- en revisión por lo cua no fue incluida en la edición del Global Accessibility Review correspondiente a 2021 en el que relevaron 83 mercados de valores.

Las consecuencias

A partir de ahora, la salida de Argentina de esa categoría dependerá de los resultados de las consultas que MSCI lleva adelante con sus clientes, especialmente los fondos de pensión cuyo parecer es especialmente ponderado.

Mientras tanto, las corrientes de capitales blancos pasarán de largo, en especial si se tiene en cuenta que el 95 por ciento de los fondos de pensión de Estados Unidos apelan a los índices de MSCI como referencia y guía de inversión al punto que hay fondos que prescinden de administradores y, simplemente, hacen un uso especular del índice tal como lo han pactado con los inversores a los que les aseguran sumar a sus portafolios papeles de esos mercados.