Un Congreso Mundial de Médicos por la Vida emitió un duro documento sobre el manejo global de la pandemia


Un grupo de profesionales de la salud reunidos en el Segundo Congreso Mundial de Médicos Por la Vida, concluyeron que la pandemia de Coronavirus “ha sido incorrectamente abordada por las entidades sanitarias internacionales y nacionales, públicas y privadas”, acusaron a los medios de comunicación de instalar una “psicosis colectiva” y llamaron a iniciar “inmediatamente acciones legales, en los fueros que correspondan, contra todos los culpables de esta hecatombe”.

Esas y otras duras afirmaciones contra la industria farmacéutica surgen del documento final del encuentro de médicos que tuvo lugar en Foz do Iguaçu, Brasil, entre el 30 de junio y el 3 de julio de 2022, y que reunió “a expertos científicos y médicos de 20 países para discutir la pandemia, la posvacuna, sus consecuencias y el futuro de la medicina”, según precisaron sus organizadores.

El trabajo final, publicado en el sitio web de la organización Médicos por la Vida en varios idiomas, afirma que “las motivaciones” los errores cometidos en el combate a Covid-19 “permanecen aún sin aclarar, debiendo ser objeto de una minuciosa investigación, en los aspectos médico-legales y sus implicancias sociales”.

 “La instalación del miedo – utilizado como herramienta persuasiva – seguida por confinamientos estrictos, prolongados e ineficaces, sólo produjeron pobreza, desesperación, alteraciones mentales, violando las más básicas normativas de libertad, y produciendo más daño que la patología en sí misma”, sostienen los médicos en el documento.

En cuanto al rol de los medios, afirma que “fueron los artífices en la instalación la psicosis colectiva” y que los motivos de ello deben ser “indagados en profundidad desde las aspectos éticos y legales”.

Los médicos afirman que el tratamiento precoz conta Covid-19 “se describió y publicó desde el principio de la pandemia, con diversos fármacos eficaces, seguros, económicamente accesibles”, pero afirman que “estos tratamientos fueron soslayados y desechados, y sus investigadores fueron intimidados, ridiculizados, y advertidos de eventuales castigos, en ciertos casos llevados a cabo”.

Más adelante, los médicos reunidos en Brasil vuelven a la carga contra los medios al afirmar que “las voces de alarma de eminentes científicos – entre ellos dos Premios Nobel – y de otros destacados especialistas en el área de la Salud, fueron acalladas en las redes sociales y periodísticas, manejadas por personas cuya experticia en medicina era escasa o nula”.

 “En su lugar, se siguieron los asesoramientos e indicaciones de autoproclamados “expertos” en SARS-COV2, y de CEOs de la industria farmacéutica, los primeros con evidente relación con los segundos”, denuncian, al tiempo que afirman que no se convocó a “ningún debate científico que reuniera profesionales de las interdisciplinas, que entendieran en la temática referido a las medidas a adoptar, imponiéndose la obligatoriedad de aceptar normas sin un claro origen, dictadas internacionalmente (con idas y venidas), desde las sombras, ya que no presentaban documentación científico-técnica respaldatoria”.

Luego critican a sus propios colegas que lucharon contra la pandemia pero siguiendo “las normativas derivadas de los mandatos impartidos por entidades científicas” vinculadas con la industria farmacéutica, a los que acusaron de incurrir “en un error en común, al no aplicar algunos de los principios básicos de la Medicina, basados – en gran medida – en la Lógica y la experiencia”.

Otro grupo de profesionales también cuestionado es el que acusan de llevar a cabo una actitud “pasiva” que los llevó a incurrir en “un abandono de paciente, esperando la progresión de la enfermedad y perdiendo así la oportunidad para el tratamiento precoz, siendo censurable desde el punto de vista ético, y posiblemente punible desde el punto de vista legal, dado que las medicaciones existentes podían haber sido utilizados bajo consentimiento informado”.

“Los medios de comunicación masiva, y algunas redes sociales, fueron esenciales en la propaganda de estas conductas previamente enumeradas”, insistieron.

Finalmente, reivindican a “un pequeño grupo de profesionales que aplicaron el juramento hipocrático y el pensamiento crítico científico, procurando prodigarse en lo mejor de su arte y de su ciencia, en beneficio de sus pacientes”, entre los que se cuentan los firmantes del documento.

“Como resultado de todo lo anterior, la industria farmacéutica justificó – como punto fundamental para la prevención y morigeración de los individuos – la aplicación masiva de las autodenominadas vacunas experimentales, apoyadas por entidades médico-sanitarias (nacionales e internacionales), basando su accionar sin un consentimiento informado (aún de menores de edad), en un manejo inconsulto, sesgado y falaz de la Bioestádistica, en lo referente a resultados y complicaciones”, afirman los profesionales reunidos en el Segundo Congreso de Médicos por la Vida, en uno de los pasajes más duros del documento.

Luego vuelven a cargar contra los medios de comunicación que, “sostenidos por entidades sanitarias y patrocinados por la industria farmacéutica (…) desoyeron las voces que denunciaban aspectos negativos de dichas inoculaciones (ineficacia, peligrosidad de efectos secundarios, etc.), sin toma en cuenta a quiénes se exponía a dichos procedimientos”.

“Las acciones enunciadas en los puntos precedentes produjeron mayores daños médicos y sociales que el virus en sí mismo, acción que puede ser comparable a un genocidio, y calificada como tal. La vulneración de los Derechos Humanos Básicos, y la perdida de libertades individuales, agregaron un tinte de oscuridad y vergüenza al dantesco cuadro antedicho”, proclama el documento surgido del Congreso.

Finalmente, promueven la realización de acciones legales  “para que  tanto los afectados por la pandemia como los dañados por la industria farmacéutica, y también los profesionales perseguidos y damnificados laboral y moralmente, reciban el resarcimiento más justo, acorde al daño sufrido, y que acciones de esta índole no se repitan nunca más en el Mundo”.