Contador Público, profesión herida


Casi como una premonición, y sin saber bien por qué, empecé a escribir solitario y encerrado acerca de mi experiencia en tiempos de COVID19 y la forma en que se hiere permanentemente la profesión que he abrazado ya hace bastantes años. No encontrar a veces reacción de colegas en general, y de los consejos y colegios en particular, que me deja pensando si es desinterés, desidia o simplemente nos cuesta a nosotros mismos generar la motivación para darle valor.

Desde hace bastante hemos permitido construir una imagen distorsionada de lo que somos y/o hacemos, naturalizando cosas que no deberíamos, consintiendo en muchas oportunidades reproches injustos de algún cliente que, aún contra el concepto comercial general, no siempre tiene la razón, o tolerando comentarios tipo “si  sentís que pagas muchos impuestos es tiempo de cambiar de contador”.

Y como si esto fuera poco, zas! sale el presidente a asestar otro golpe para promover la idea de que el contador es prescindible, es un gasto, que solo ayuda a evadir, que dibuja los números, interpreta las leyes como quiere.  Total, hágalo usted mismo y sino pregúntele al contador como se hace, para hacerlo y no tener que pagarle. Así como el ladrón cree a todos de su condición, tal vez ello crean que todos los contadores son como los que deben haber tenido, como algún declarante arrepentido, o los de las empresas de servicios, financieras, constructoras y petroleras, propias, de sus parientes o de sus amigos y grandes evasores. Pero hasta Al Capone tuvo su contador. Por eso no quiero entrar en esa polémica, no todos somos iguales, no todos somos lo mismo y esencialmente, porque como en todo ámbito social, no se debe generalizar.

No obstante, veo necesario hacer algo parecido a un descargo, porque puedo aceptar, entre colegas, quejarnos, criticarnos y discutir con los consejos, pero no me gusta la generalización de afuera y mucho menos la falta de respeto. No voy tampoco a estigmatizar, ya que hay mucha gente que respeta y valora nuestro trabajo, entendiendo que somos el nexo entre ellos y el fisco, ese aliado de confianza, que va a hacer lo mejor para cumplir los requerimientos legales desde la posición más conveniente para ellos.

Dicho esto, me gustaría destacar que, tal vez, una gran parte de nuestro trabajo y sobre todo nuestro tiempo, suele ser para muchos imperceptible, pero a menos que crean que esto es realmente la matrix y que nos conectamos un cable para descargarnos directamente el boletín oficial a nuestro cerebro, deberían saber y respetar que muchas cosas les han funcionado correctamente gracias a que el contador estuvo allí para acompañarlo y asesorarlo, con ese conocimiento, que en tiempo de cuarentena le implicó la lectura y análisis de más de 150 normas, para definir cuales alcanzan a quien y poder implementar las que les corresponda a cada uno, para así obtener las mejores alternativas posibles.

¿Mucho 150?  Aislamiento social, 5 Decretos y 16 Decisiones administrativas,

Impuestos Nacionales: 10 Resoluciones Generales AFIP.

Créditos Tasa Cero: 2 Decretos, 4 decisiones administrativas, 1 comunicación BCRA, 2 RG AFIP.

Y así podría detallar las Resoluciones AGIP (CABA), Resoluciones de Normativas de Provincia de Buenos Aires,  de IGJ, de CNV, de MTEySS, todas las referentes a ATP, a REPRO, ANSES, etc., etc…

Toda una interminable cantidad de normas para mantener nuestra base de conocimiento y ser una plataforma de consulta y asesoramiento. Todos alguna vez, hemos recibido consultas casi fuera de contexto  y más en estos tiempos de crisis y angustia, porque no anda el sitio de los permisos, o porque van a dar algo y quiero saber si califico, o por un pariente al que no dejan trabajar o le bajaron el sueldo o muchos otros temas. Pero lo fundamental es que al primero que se les ocurrió llamar fue a alguien de confianza, al contador, porque  es el que sabe, es su ámbito. Entonces no entiendo esa necesidad de algunos de faltarnos el respeto y denostar nuestra función. Aunque casi apostaría que son los mismos que creen que tener un amigo o conocido contador les garantiza asesoramiento gratis. Y no dudarán en pedirte una mano…