Nuevas investigaciones confirman la efectividad de la ivermectina contra el coronavirus


Un estudio realizado por un grupo de médicos e investigadores argentinos, financiados por el Estado nacional y un laboratorio privado, publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet, informa que pudieron probar en seres humanos la efectividad de la ivermectina para combatir al virus que provoca Covid-19.

Si bien había certeza científica acerca de la capacidad de esa droga antiparasitaria para neutralizar al virus en pruebas de laboratorio, su utilización clínica en seres humanos en dosis que no resulten peligrosas continúa bajo debate entre los especialistas, a pesar de la profusa y creciente documentación que da cuenta de las ventajas de su empleo en medio de una pandemia que no da respiro.

InfoRegión viene informando desde setiembre de 2020 acerca de los trabajos de investigación encabezados por los médicos Héctor Carvallo y Roberto Hirsch en la Argentina que prueban los beneficios de la ivermectina tanto para la prevención como para el tratamiento de personas contagiadas con el virus SARS-Cov-2.

Esos trabajos fueron incluidos también en diversas publicaciones científicas internacionales y citados por muchos otros investigadores que insisten en la necesidad y conveniencia de incorporar a esta droga entre los principales fármacos para combatir al coronavirus.

En este caso, otro grupo de investigadores argentinos, encabezados por Alejandro Krolewieckia, Adrián Lifschitz y Matías Moragasc, consiguieron la publicación en The Lancet como Research Paper (trabajo de investigación) del resultado de su experiencia con el uso de ivermectina para tratar a enfermos con Covid-19.

Las conclusiones más significativas del trabajo -titulado Efecto antiviral de la ivermectina en dosis altas en adultos con COVID-19– son que esa droga reduce la carga viral en las personas infectadas con el nuevo coronavirus, y que la dosis requerida para lograr ese resultado es segura porque no produce efectos secundarios significativos.

Textualmente, sobre el primer punto los investigadores informan que “se identificó un efecto antiviral dependiente de la concentración de la ivermectina en COVID-19, con reducciones significativas en la carga viral del SARS-CoV-2 en las secreciones respiratorias entre los pacientes que alcanzaron una alta concentración de ivermectina sistémica en comparación con los controles no tratados”. Es decir que quienes efectivamente han incorporado dosis significativas de ivermectina en su organismo efectivamente lograron disminuir la presencia de virus, lo que implica que frena su replicación dentro del cuerpo humano.

Luego, en cuanto a la dosis, el trabajo precisa que suministraron 0,6 miligramos por kilo de peso y por día durante cinco días, y que los resultados “no mostraron toxicidad relacionada con el uso de ivermectina”, por lo que las conclusiones del trabajo proporcionan “evidencia del efecto antiviral y respaldan el diseño de ensayos para investigar las implicaciones clínicas” de esos hallazgos.

Ivermectina, efectiva contra Covid-19 y segura

Con absoluta certeza, el trabajo insiste que “se identificó una actividad antiviral dependiente de la concentración de la IVM (Ivermectina) oral en dosis altas en un régimen de dosificación que fue bien tolerado”, aunque admite que “se necesitan grandes ensayos con criterios de valoración clínicos para determinar la utilidad clínica de la Ivermectina en Covid-19”, ya que la investigación fue realizada sobre una población reducida, lo que no permitió establecer diferencias en las manifestaciones clínicas de la enfermedad entre el grupo de pacientes tratados y los no tratados. Es decir que el indicador de la efectividad del tratamiento no fue la mejora clínica de los pacientes tratados sino el estudio de sus secreciones respiratorias, en las que se evidenció la menor carga viral respecto de los no tratados.

Con un enfoque más técnico se debe destacar que la investigación da cuenta que la baja significativa de la presencia viral se registró en los pacientes que efectivamente habían conseguido obtener niveles altos de ivermectina en la sangre.

“No hubo diferencias en la reducción de la carga viral entre los grupos (tratados y no tratados), pero se encontró una diferencia significativa en los pacientes con niveles de ivermectina en plasma medianos más altos (72% IQR 59 –77) versus controles no tratados (42% IQR 31-73)”, explica el informe.

En términos coloquiales, se podría decir que la reducción del virus no depende de tomar ivermectina, sino de que efectivamente la droga llegue en cantidad necesaria al torrente sanguíneo, ya que “los niveles medios de concentración plasmática de ivermectina se correlacionaron con la tasa de desintegración viral”.

Esa salvedad aparece claramente planteada en la presentación que los propios autores hacen de su investigación al señalar que “cuando se analizaron los niveles medios de concentración plasmática de ivermectina en relación con la reducción de la carga viral, se identificó una correlación positiva significativa, y aquellos pacientes que alcanzaron concentraciones plasmáticas medias más altas de ivermectina alcanzaron mayores reducciones en la carga viral en las secreciones nasofaríngeas”.

La clave es la cantidad de ivermectina en plasma para combatir el coronavirus

Más adelante insisten en que “el efecto antiviral se observó después de que las mediciones de concentración plasmática de ivermectina permitieran la discriminación entre los pacientes que alcanzaban niveles más altos e identificaban una relación directa entre la concentración del fármaco y la eliminación viral”, por lo que no quedaron dudas respecto de la correlación entre más ivermectina en sangre, menos virus en las secreciones, por lo tanto, se presume, en el organismo, en línea con lo que sostenían las investigaciones realizadas en laboratorio.

Al parecer, la diferencia respecto a la correcta asimilación de la ivermectina para que cumpla con su función antiviral podría estar relacionada con la alimentación. En ese sentido, el trabajo concluye que “la dieta es una variable clave que afecta la biodisponibilidad oral de la ivermectina” y da cuenta de que registaron “un aumento de las concentraciones plasmáticas logradas con la alimentación”

En sus conclusiones, los investigadores afirman que “los hallazgos sobre las concentraciones plasmáticas de ivermectina están de acuerdo con los modelos cinéticos (en laboratorio) del virus del SARS-CoV-2 humano que identifican la necesidad de suministrar dosis altas”, pero llevan tranquilidad sobre ese punto al asegurar que sus estudios “contradicen las preocupaciones acerca de que esas concentraciones de medicamentos no se podrían alcanzar en dosis seguras”.

“Aunque se necesita más información, este ensayo piloto agrega evidencia sobre la seguridad de los regímenes de dosis alta de ivermectina durante varios días, sin hallazgos inesperados; en coincidencia con un ensayo en Kenia que evalúa el efecto mosquitocida de iveremectina a 300 y 600 miligramos por kilo en adultos con malaria”, insisten.

Por eso, los investigadores afirman que su trabajo “aporta evidencia de la actividad antiviral de la ivermectina contra el SARS-CoV-2 en pacientes con COVID-19 a través de un ensayo clínico aleatorizado, controlado y cegado al evaluador”, y que se aplican “análisis innovadores que incluyen el uso de determinaciones cuantitativas de carga viral y medición de niveles de ivermectina en plasma, que permiten una interpretación en profundidad de los datos y la identificación de las concentraciones sistémicas de ivermectina necesarias para un efecto antiviral significativo”.