Hubo casi 7 mil robos de motochorros en 12 meses

6.600 delitos por parte de delincuentes movilizados en moto se produjeron en el AMBA, con la muerte de al menos 36 personas.

Un informe de la ONG Defendamos Buenos Aires reveló que en los últimos doce meses se realizaron casi siete mil robos bajo la metodología de motochorros en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en los que se produjeron casi 40 decesos.

El trabajo relevó “información de todos los departamentos judiciales de la provincia de Buenos Aires, el fuero de Instrucción de la Nación para la Capital Federal, que tiene jurisdicción en todo el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires; más las estadísticas criminales de la República Argentina brindadas por el Sistema Nacional de Información Criminal”.

Según el informe “se llevaron adelante al menos 6.600 robos por parte de motochorros, provocando la muerte de al menos 36 personas en el ámbito de la Capital Federal y el Conurbano bonaerense”.

Según explicó Javier Miglino, director de Defendamos Buenos Aires, las bandas de motochorros se encuentran integradas por un número de entre cuatro y diez criminales que, “a bordo de motos, llegan dispuestos a todo”.

El especialista indicó que los barrios de Capital Federal más afectados son “Belgrano, Núñez, Palermo y Recoleta”, los cuales “se han vuelto peligrosos”. “Ya no es posible caminar tranquilo a partir de la caída del sol. Algo que ya venía ocurriendo en Pompeya, Flores, Liniers y Balvanera, en la otra punta de la Ciudad de Buenos Aires, lo que demuestra que los criminales expanden su radio de acción”, subrayó.

Respecto a la provincia de Buenos Aires, las localidades de Isidro Casanova, San Justo y González Catán -todas del partido de La Matanza- encabezan la lista.

“Como en las zonas de la villa La Cárcova y otras en los partidos de San Martín, Grand Bourg en Malvinas Argentinas y Moreno. También está muy peligroso Quilmes y Florencio Varela”, precisó.

Miglino explicó que los delincuentes apelan a la moto “para facilitar un rápido escape por zonas transitadas y complicadas, sin darles posibilidades efectivas de persecución a las fuerzas de seguridad”.

“De este modo, muchos de los miles de robos que se perpetraron en el último año permanecen impunes, entre otras cosas, porque la gente prefiere no denunciar, ya que teme una represalia por parte de los delincuentes mientras los motochorros siguen creciendo en número y en peligrosidad”, concluyó.