A los 96 años murió Atilio Stampone

Atilio Stampone fue pianista, compositor y director de orquesta.

Atilio Stampone

El pianista, compositor y director de orquesta Atilio Stampone, figura central de la música argentina y porteña de los últimos 70 años y uno de los últimos baluartes de la época dorada del tango, falleció hoy a los 96 años.

El velatorio será en SADAIC -entidad de la que fue presidente- hoy de 20 a 24 y mañana de 8 a 11 y luego sus restos serán trasladados al panteón de la entidad en Chacarita.

Nacido en el barrio porteño de San Cristóbal en julio de 1926, Atilio Stampone fue un destacado y finísimo compositor, un intérprete que descolló desde edades tempranísimas pero también una referencia ineludible de sus compañeros músicos quienes lo hicieron presidente de SADAIC, entidad en la que ingresó en 1957 y donde registró medio centenar de obras, en dos oportunidades.

También fue director de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, entre otras tareas y distinciones que poblaron su trayectoria.

Además, compuso música de películas, entre ellas la de La historia oficial de Luis Puenzo, que ganó el Oscar en 1986 y de filmes de Leopoldo Torre Nilson como Un guapo del 900 y La mano en la trampa, por el que se llevó el Cóndor de Plata que entrega la Asociación de Cronistas Cinematográficos Argentinos como Mejor Banda Sonora.

Dirigió muchas orquestas e integró como pianista otras como la de Astor Piazzolla del 46 al 48, la de Aníbal Troilo y Pedro Maffia, entre otros.

Justamente Piazzolla, que lo convocó nuevamente para el Octeto Buenos Aires en 1955, y Horacio Salgán fueron sus grandes influencias en los arreglos, para un músico que desarrolló sus propias ideas y conceptos y tuvo siempre un fino oído que lo unió a la tradición e historia del género.

Atilio Stampone, compositor

Entre sus composiciones destacan obras como las que compuso conn la poética de Homero Expósito: Afiches, Con pan y cebolla, De Homero a Homero y Desencanto; Viejo gringo, Aguatero, Cadícamo, Ciudadano, Concertango, El Nino, El Tapir, Fiesta de mi ciudad, Fiesta y milonga, Impar, Mi amigo Cholo, Mocosa, Para violín y piano, Romance de tango y Un guapo del 900.

“Yo había hecho la música y después Homero (Expósito) hizo la letra. Cuando la estaba componiendo vivía en una casa sobre Carlos Calvo, casi Catamarca, y Homero, que era mi amigo, vivía enfrente y venía todos los días a casa a almorzar y charlaba con mi mamá… Y de tanto escucharlo y escucharlo un día me dijo: ‘Tomá, la letra para ese tango que no me deja charlar tranquilo con tu mamá‘…”, contaba sobre Afiches, una de sus obras cumbres.

En 2003 fue distinguido como Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y también fue Académico de Honor de la Academia Nacional del Tango, entidad desde la que compartió su historia y su saber en inolvidables veladas en las que recorría con conocimiento impar la historia de la canción porteña que lo tuvo como uno de sus protagonistas, creadores e intérpretes.

Atilio Stampone

Su obra fue plural y diversa, y conviven tradición y novedad y se destacan también sus arreglos para los tres discos que grabó junto a Roberto Goyeneche.

Prehistoria de Atilio Stampone

Atilio comenzó a tocar el piano que le regaló su hermano Giusseppe, 14 años mayor, en la convalecencia de una operación en su niñez y desde muy temprano conoció el rigor del profesionalismo.

Sus primeras actuaciones fueron en el conjunto de su hermano, conocido como Pepe, el Tano Tango y a los 15 años debutó profesionalmente en la orquesta de Roberto Dimas en las veladas del café Marzotto, donde lo escuchó Pedro Maffia, que un año después lo llevó a su orquesta del cabaret Tibidabo, con anuencia de su padre pero con la obligación de que terminada la función se subiera de inmediato al tranvía 16. Stampone tenía entonces 16 años y cursaba el colegio nacional.

Llega a la orquesta de Aníbal Troilo cuando Piazolla se desvincula y después es pianista de la orquesta de Astor entre 1946 y 1948, luego fue solista de Mariano Mores en teatros musicales y colaboró con Cobián.

“Un día estaba ensayando, hace muchos años, y pasó Piazzolla, que era mayor que yo, no mucho, pero mayor. Me escuchó y me dijo ‘¿Querés venir conmigo?’… Él ya tenía prestigio en el ambiente y fue un honor para mi. A los 19 años ya tocaba con Astor“, recordaba Atilio Stampone.

En 1950 logró un beca para perfeccionarte en el Conservatorio Santa Cecilia de Roma, pero estuvo solo un tiempo y prefirió seguir tocando, en una extensa gira por Europa y Asia, regresando al país en 1953, ocasión en la que se unió a otro grande del tango, el bandoneonista Leopoldo Federico, con el que fundó su primera orquesta, de gran suceso.

Para 1958 vuelve a ser convocado por Piazzolla para el mítico Octeto Buenos Aires, estando allí dos años hasta que lidera emprendimientos musicales propios. En 1964 inaugura Caño 14, famoso reducto del tango en una época no tan dorada y ese año sale de gira por paísea de Europa del Este, Brasil y Colombia, durante seis meses.

Para 1972 arma la orquesta típica Atilio Stampone e inicia históricas grabaciones con el Polaco Goyeneche.

Su actividad es inabarcable, diversa, permanente: en 1995 se presenta con el Ballet Argentino de Julio Bocca en Nueva York y en los años siguientes sale de gira con la compañía del bailarín por Europa y Asia, estrenando en 1997 en el Luna Park su obra propia Concertango, interpretada por Bocca y con coreografía de Ana Stekelman. En 2000 queda al frente de la Juan de Dios Filiberto, a la que dedicó todo su saber y calidad artística.

“Está bueno que la gente vuelva a aferrarse a los géneros populares en los últimos tiempos para saber dónde está parada, porque si no siente que pierde su identidad”, sentenció en una entrevista.

Ya con 91 anunció: “Voy a empezar a estudiar de nuevo el piano, pero en serio… ¿Qué es estudiar el piano en serio? —se pregunta y responde— Tocar a Ravel, Debussy, Chopin y Liszt… Volver a los orígenes. Los dedos no los movés con el tango y si te quedás sólo con el tango, se ponen un poco duros, así que para estar en forma hay que tocar a los grandes.”.